“Los precios de las fresas han estado en un nivel alto desde el comienzo de la temporada, pero hace dos semanas cayeron a menos de un euro el kilo”, dice Philip Van Overbeke, de la empresa belga Aardbeien Van Overbeke. “Esta caída extrema fue el resultado de la mala calidad de las fresas en el mercado a causa de la ola de calor del mes de agosto”.
Mientras tanto, la calidad ha mejorado y los precios se han disparado. “Por un kilo de fresas ahora obtenemos alrededor de 7,50 € en la subasta, lo cual indica que hay una buena demanda. Nosotros comenzamos en abril y hasta ahora hemos vendido muchas más fresas en nuestra propia tienda agrícola respecto a otros años. Al comienzo de la temporada, nos preocupaba que la crisis del coronavirus tuviera un impacto negativo en el mercado, pero para nosotros no ha sido tan malo”, dice Philip.
“Dentro de tres semanas haremos la transición a la producción de invernadero. Cuando comience la nueva cosecha, volveremos a tener una cantidad bastante grande de fresas. Normalmente la demanda disminuye a medida que avanza la temporada, pero igual este año puede ser diferente”, dice Philip. “Además del coronavirus, el mercado de la fresa también ha estado influenciado por la sequía y el calor esta temporada. Muchos compañeros productores han tenido problemas con el agua, lo que ha afectado a la calidad y la vida útil de la fruta. A mí no me ha faltado hasta ahora, pero un poco más de agua en el pozo tampoco me vendría mal”.
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Philip Van Overbeke
Aardbeien Van Overbeke
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