El problema no está resuelto, ni mucho menos, pero al menos este año la chinche asiática (Halyomorpha halys) ha dado un respiro a muchos agricultores, así lo confirman varias empresas hortofrutícolas de la región italiana de Emilia-Romaña y también Michele Preti, técnico de la Agencia de Experimentación Tecnológica e Investigación Aagroambiental (ASTRA). "Hay empresas que registran un daño considerable por las chinches, a veces incluso superior al 30%. Pero, en general, la chinche asiática ha afectado a los cultivos bastante menos este año, al menos hasta finales de agosto", dice el experto.
Las capturas en las trampas han sido mucho menores que en 2019, pero en septiembre el número de capturas ha aumentado de nuevo. Según Petri, ha habido varios factores que han favorecido la menor incidencia de la chinche asiática este año. "Es probable que las heladas primaverales hayan frenado el ciclo natural y por tanto la incidencia de poblaciones. Otro factor es la contención biológica con la parasitación de huevos por varios parasitoides naturales, lo cual es una noticia alentadora para los próximos años".
Sin embargo, no hay que bajar la guardia. Como señala el investigador, es necesario insistir en todas las estrategias preventivas, con el fin de contener a la población de chinches asiáticas. Entre las prácticas a implementar en el campo se encuentra la defensa pasiva mediante el uso de mallas, que hasta ahora han dado excelentes resultados, aunque hay que recalcar que por sí solas no son suficientes, al igual que cualquier otro método de contención. Hace falta un enfoque amplio, con métodos que incluyen los productos químicos y las trampas, además de prestar la máxima atención a los cierres de las cubiertas, teniendo cuidado de no dejar aberturas en la parte superior o inferior.