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¿En qué dirección va la producción de uvas de mesa en Italia?

“Este es el tercer año anómalo en la comercialización de uvas de mesa. Debemos preguntarnos en qué dirección queremos ir, antes de encontrarnos inmersos en una crisis estructural de la que será difícil salir”, dice Vincenzo Di Piazza (en la foto), agrónomo con una dilatada experiencia en el sector siciliano de la uva de mesa. 

“Aunque el producto ha sido de buena calidad y con precios competitivos respecto a la fruta de temporada, como por ejemplo la fruta de hueso, que no ha gozado de buenos precios, hasta ahora hemos sido testigos de una pérdida de valor de la uva de mesa. Ya que los volúmenes han sido medios sin excesos de producción, ¿qué ha podido desencadenar esta tendencia?”

La pregunta es interesante, mientras que “la campaña de uva de mesa 2020 está en pleno apogeo y la información proveniente de los mercados mayoristas conforman un mosaico caracterizado por diferentes tendencias para las diferentes variedades y en los diferentes lugares”, según dice el informe Ismea 2020.

“Necesitamos entender mejor las relaciones entre la producción y la comercialización, y por otro lado, entre la comercialización y la distribución. En los últimos años hemos visto una tendencia creciente hacia las uvas sin semillas, mientras que en Sicilia, especialmente en la zona de la Uva Canicattì IGP, todavía se cultivan mayoritariamente variedades tradicionales, encabezadas por la uva Italia. La situación en Mazzarrone, el otro centro de producción de uva de mesa siciliana, es un poco diferente, donde la superficie de uvas sin semillas ha ido aumentando progresivamente desde hace algunos años”, comenta Di Piazza.

“Con las variedades con royalties se puede regular la oferta, pero al mismo tiempo no siempre son accesibles para las medianas y pequeñas empresas, ya que están restringidas por dinámicas proteccionistas. Las pequeñas empresas han perdido la capacidad de realizar inversiones incluso limitadas, especialmente después de las devastadoras campañas de 2018 y 2019”.

“El mediano-pequeño productor no puede realizar la conversión varietal, porque no tiene el poder económico ni cuenta con la asistencia técnica adecuada para apoyarla. No podemos insistir por romanticismo o nostalgia en las variedades tradicionales, sino que tenemos que tratar de comprender un cambio que afecta a todo el sector y que ya está en marcha”, agrega el experto.

Sicilia tiene alrededor de 20.000 hectáreas de uva de mesa, de las cuales la mitad se ubica en las provincias de Agrigento y Caltanissetta (área de la IGP de Canicattì) y la otra mitad en el área de la IGP de Mazzarrone.

"Tenemos que tomar una vez más decisiones importantes que probablemente vayan a cambiar el panorama varietal. Muchos medianos y pequeños productores sicilianos se sienten perdidos. Se precisa una orientación a un nivel superior que indique en qué dirección ir, teniendo en consideración las nuevas tendencias del mercado, pero también las características de nuestras producciones. Los altos costes de producción y la baja competitividad frente a los países emergentes complican la situación, por lo que todas las iniciativas de cooperación son bienvenidas", concluye Vincenzo Di Piazza.

 

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