“En 5 años hemos logrado estar entre los primeros exportadores de jengibre de Perú”

El jengibre es un producto que ayudó en gran manera a la economía de varias familias en la selva central del Perú, cuando la región sufrió grandes pérdidas en el cultivo del café. “Fue una alternativa para la agricultura en la selva central, al perder la producción de café en el 2013 y 2014 por la plaga de la roya. No sabíamos cómo afrontar la próxima campaña, hasta que nos invitaron a sembrar jengibre. Fue un nuevo aprendizaje, un riesgo, pero salimos vencedores y pudimos levantarnos del fracaso”, recuerda Marisol Huamán, agricultora socia de Elisur Organic.

Esta empresa peruana surgió en este contexto, al asociarse un grupo de agricultores productores de jengibre y un equipo de entusiastas con experiencia en gestión de exportaciones y sostenibilidad ambiental, a inicios del 2016. El papel de la mujer ha jugado desde el principio un papel muy importante en el crecimiento de esta empresa, desde que se creó. Los cargos más importantes de la empresa están ocupados por mujeres.

“El 53% de nuestra plantilla son mujeres y creemos firmemente en el valor de su trabajo para liderar proyectos a escala local e internacional. Queremos resaltar a las mujeres que, día a día, dejan huella en el mural de esta historia: nuestra gerente general, nuestra enfermera, nuestra asesora técnica en campo, nuestra jefa de recursos humanos y nuestra jefa de producción. Estamos felices de contar con ellas para estas actividades estratégicas”, señalan fuentes de la empresa.

“Cada puesto fue ganado a pulso, poniendo como prueba los resultados de su labor, no por gusto estamos dentro del top 5 de las empresas exportadoras de jengibre en el Perú. En el contexto actual, mantenerse en este puesto y seguir creciendo implica un desafío sin precedentes en lo que se refiere a la toma de decisiones estratégicas acertadas para afrontar la pandemia de COVID-19, la variabilidad de precios en el mercado, el incremento de costos de producción, el crecimiento de la demanda, una creciente inseguridad, nuevas restricciones sanitarias y la competencia golondrina, etc.”.

En palabras de las actrices de este crecimiento:
“Liderar y llevar la dirección de un proyecto no depende de un género, sino de la fuerza interna, la capacidad intelectual y, lo más importante, la confianza en el equipo para lograr los propósitos. Ya van 5 años de retos continuos desde la fundación de Elisur, trayecto en el que venimos saliendo satisfechos, sin importar las piedras, ni los tropiezos, sino las veces que nos levantamos y las manos firmes del equipo para seguir escalando a razón de la sostenibilidad de Elisur Organic, un proyecto de 4 soñadores entusiastas que se convirtió en un sueño de más de 150 miembros que suman esfuerzos para dar lo mejor de la agricultura para el mundo”, manifiesta Kristel Camargo, gerente general y socia fundadora de Elisur Organic.

“Nos tomamos muy enserio la salud de cada uno de nuestros colaboradores, porque no queremos que se detenga la continuidad de las operaciones, queremos que todos alcancen sus metas. Somos una familia y nos cuidamos entre todos”, señala Doris Quintanilla, enfermera de la empresa.

“Trabajar en el asesoramiento técnico de producción con un socio productor desde el inicio de campaña en cada año garantizará la calidad del producto y fortalecerá el compromiso intrínseco del productor hacia la empresa”, indica Joselyn Justo, asesora técnica en campo.

“Dotar de un entorno adecuado para el crecimiento, motivación y sinergia de las personas permitirá alcanzar mayor productividad y reducción en costos. El compromiso del colaborador no es algo que se exige, es algo que se gana”, afirma Roció López, jefa de Recursos Humanos.

“En los últimos años el volumen de procesamiento está en constante incremento. Puedo exigir y presionar, pero prefiero estar en la línea de lucha, encabezando el trabajo”, concluye la jefa de planta, Ruth Quintanilla.