"Es un periodo calmado en el mercado de los cítricos", detalla Benoît Maillard-Guillon, de Ets Meseguer, en Rungis. "La situación geopolítica no estimula las ventas. En general, el comercio se desarrolla bien cuando las cosas van bien. Tras los atentados y la irrupción de la COVID-19, hay un gran sentimiento de miedo e inquietud en toda Francia. La gente solo compra productos de primera necesidad. Por ahora, no hay más comercio".
Benoît añade que el periodo entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre siempre es un periodo calmado en el mercado francés, durante el que no hay un gran entusiasmo por las frutas y hortalizas. "Las vacaciones escolares de las últimas dos semanas no han ayudado a dinamizar más el mercado. Yo diría que la situación actual es normal para esta época del año. No vendemos ni más ni menos que de costumbre".
Durante el primer confinamiento, las ventas de cítricos aumentaron considerablemente. Sin embargo, durante esta segunda oleada, las ventas no han aumentado. "Hemos visto cómo se reanudaba algo la actividad tras el mensaje del presidente, que anunció un segundo confinamiento. Los compradores, sobre todo las centrales de compras, se anticiparon al movimiento, pero el mensaje del presidente no ha tenido un gran impacto en las ventas finales".
Este año, Ets Meseguer cuenta con algunas semanas de anticipación respecto al año pasado para todos los productos, como el limón, el pomelo y la clementina. La calidad está al nivel esperado, sobre todo la calidad gustativa. La empresa comenzará con las primeras naranjas Navelina españolas la semana que viene.
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