La provincia de Huelva se prepara para una nueva campaña de frutos rojos bajo la sombra de las consecuencias que la primera ola de coronavirus acarreó para el sector en primavera. “Hace unos días se terminó la fase de plantación de la fresa”, explica Rafael Domínguez, gerente de la asociación sectorial de productores y comercializadores Freshuelva. “Aún no tenemos cifras exactas, pero todo indica que, en fresa, la variación porcentual de la superficie plantada con respecto al año pasado no va a ser significativa. El área va a estar estabilizada e incluso en alguna determinada variedad puede disminuir ligeramente”.
“Lo bueno que tenemos este año respecto al año pasado es que ha llovido en el momento justo”, destaca Rafael. “El mes de octubre del año pasado fue muy cálido. Provocó muchos problemas durante la plantación y aumentó la mortandad de las plantas, lo que derivó en una merma en la producción. Este año no solo ha acompañado la lluvia; ha habido una temperatura más otoñal y más humedad, justo lo que necesitan las plantas durante los primeros días tras los trasplantes”, añade, “por lo que este año se está registrando una menor reposición de plantas”.
“Por lo que respecta a la frambuesa, ha disminuido la superficie destinada a las variedades de invierno, por lo que podría reducirse el tonelaje de esta berry en la cosecha de los próximos meses”, explica. “Ahora también se están plantando las raíces para la cosecha de primavera, aunque aún no tenemos información sobre la superficie”.
“En arándano sí se espera algo más de producción que el año pasado, por el aumento de rendimientos en las nuevas plantaciones, las que entran en su tercer año de producción”, indica Rafael, “mientras en mora se mantendrán las hectáreas del año pasado, que suman unas 150 hectáreas en la provincia”.
Vuelven las restricciones a Europa
Este año el sector onubense de las berries se ha enfrentado a una situación sin precedentes. El brote de COVID-19 en marzo obligó a la imposición de limitaciones a la movilidad que generó una grave crisis de mano de obra en la provincia, además de distorsionar el mercado por el cierre de diversos canales de comercialización importantes para estas frutas, desde el sector horeca hasta los mercadillos, y por el cambio en el comportamiento de los consumidores europeos.
“En este contexto, si hubiera habido la producción prevista de fresas nos habríamos encontrado con un estocaje más importante sin saber dónde colocarlo por la pandemia”, explica Rafael Domínguez. “Las restricciones están volviendo a comenzar ahora en Europa. Esperemos que para cuando arranque nuestra campaña, que empezará en Navidad –y a partir de ahí irá in crescendo–, tengamos la suerte de que ya no haya estas medidas restrictivas”.
El brexit, un desafío inminente
Previsiblemente, las berries serán uno de los productos que serán gravados con aranceles de exportación cuando el Reino Unido abandone la Unión Europea el 1 de enero de 2021. “En su momento el Reino Unido anunció que para las fresas los aranceles ascenderían al 10% y para las frambuesas, moras y arándanos serían del 8%”, indica. “Estamos hablando de un país que es el primer mercado para las frambuesas, hacia donde se exporta el 33% de la producción, el segundo detrás de Alemania para los arándanos onubenses y el tercero para las fresas”.
Esta situación podría inclinar la balanza hacia otros orígenes productores competidores con España por el mercado británico, que estarían exentos de la carga arancelaria. “A través del Ministerio de Agricultura de España le hemos pedido a la Unión Europea medidas compensatorias ante el impacto que esto tendrá para el sector de los frutos rojos, como una mayor flexibilidad en la ejecución de los programas operativos para la próxima campaña, incluyendo que las plantas puedan considerarse como input. También hemos solicitado al Ministerio la apertura de nuevos mercados”, finaliza Rafael.
En los próximos días, Freshuelva dispondrá de las cifras y porcentajes de plantación de berries en la provincia para la campaña 2020/2021.