Los pimientos y los calabacines acaparan gran parte del cultivo de hortalizas en Sicilia, pero no tienen la misma suerte, ni mucho menos. Si bien al pimiento, salvo algunos problemas puntuales, parece irle bastante bien, el calabacín se enfrenta a graves dificultades comerciales. Hablamos de ello con Patrizia Calabrese, directora comercial del Consorzio Fonteverde OP.
Patrizia Calabrese
"Seguimos trabajando en pleno cumplimiento de las normativas impuestas para frenar la propagación de la COVID, aunque esto implique ciertos sacrificios e inversiones. No obstante, como son necesarios para la protección de nuestra salud y la de nuestros colaboradores, no debemos considerarlos como un obstáculo, sino como una parte integrada de nuestros procesos de gestión. En esta segunda ola de coronavirus, nos encontramos en plena campaña de pimiento, cuyas ventas no suscitan preocupaciones especiales, salvo por un ligero descenso del consumo y por unos precios un poco por debajo de nuestras expectativas. Los precios oscilan actualmente entre 0,90 y 1,00 €/kg, aunque ya empezamos a sentir la competencia española, que viene con precios algo más bajos".
Precios del calabacín y el pimiento en el mercado hortofrutícola de Vittoria en las fechas indicadas 
La situación del calabacín, que está viviendo un momento muy particular, es totalmente diferente. En primer lugar, con la llegada del virus de Nueva Delhi hace unos años, la producción en campo abierto, que suele comenzar en el mes de septiembre, se ha reducido significativamente, hasta el punto de casi desaparecer. Casi todas las producciones en el este de Sicilia se han retrasado a finales de octubre/principios de noviembre, bajo túneles, ya que las temperaturas de otoño más bajas y las cubiertas que protegen las plántulas recién trasplantadas mitigan la acción de la mosca blanca, vector del virus. Esta práctica agronómica permite que la planta se fortalezca, antes de iniciar la fase de fructificación, que es el momento en el que el virus empieza a ser menos dañino.
Procesamiento en tiempos de COVID
"Si bien los primeros lotes alcanzaron precios de venta realmente altísimos, incluso de más de 2 €/kg, con la llegada de volúmenes más consistentes y de producto español, las cotizaciones han caído hasta tal punto que no permiten la recuperación de las inversiones. El colapso de los precios en las subastas españolas ciertamente ha arrastrado el mercado europeo a la baja. Por si fuera poco, a esta fuerte depreciación del valor se suma una reducción del consumo sin precedentes, debido no solo al calor persistente, sino a un cansancio generalizado por parte de los consumidores", continúa Patrizia Calabrese.
Procesamiento en tiempos de COVID
"A diferencia de lo que sucedió durante la primera ola del coronavirus, cuando el consumo de productos frescos llegaba a cotas muy altas, en esta segunda fase los consumidores son más prudentes en las compras, debido a la pérdida de poder económico y al clima de incertidumbre y preocupación. Una vez más, el sector horeca está pagando el precio más alto. Pero si en la primera ola de coronavirus la pérdida de facturación por el cierre del sector hostelero fue absorbida en gran parte por las buenas ventas en el retail, siempre abarrotado y con largas colas frente a las tiendas, ahora todos los canales de comercialización están mostrando ventas decrecientes".
"Solo queda esperar a que se agoten las referencias típicas de finales de verano y otoño en los lineales para dejar espacio, con la llegada del frío, a los productos de invierno, como el calabacín. Esperemos que el consumo y, en consecuencia, las ventas empiecen a mejorarse, pero sobre todo quisiéramos que pronto se encuentre una solución a la pandemia, para volver a la normalidad y a la serenidad", concluye Calabrese.
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