La semana pasada aumentaron significativamente los pedidos de clementinas y naranjas ante la huelga de almacenes de manipulado y envasado de cítricos anunciada por los sindicatos y que iba a producirse entre el 14 y el 20 de diciembre, aunque finalmente se desconvocó el pasado fin de semana. “Fue una semana de locura y ahora se ha tranquilizado el mercado”, recuerda el exportador valenciano José Manuel Pardo.
Si bien países como Alemania y Países Bajos acaban de iniciar un periodo de confinamiento con cierre de negocios y escuelas, esto no está repercutiendo en gran manera en las ventas de cítricos. “La venta de clementinas con hoja está funcionando bien y sigue habiendo demanda, teniendo en cuenta que es un producto de venta tradicional en mercados mayoristas y tiendas de alimentación y que encuentra poco espacio en los estantes de los supermercados. No parece que esta segunda ola de casos de coronavirus en el norte de Europa esté ejerciendo una influencia directa en las compras de cítricos”, afirma.
Los precios, no obstante, están siendo decepcionantes, de acuerdo con el exportador. “En este momento estamos trabajando Clemenules, de la cual hay más disponibilidad, aunque con demasiada abundancia de calibres pequeños, como también ocurre con las naranjas Navelina, lo cual está presionando los precios a la baja, los cuales no son acordes a los precios de compra que se han pagado en campo. La campaña pasada terminó con una demanda por las nubes, disponibilidad limitada y altos precios. Esto llevó a que muchos comercios empezásemos a comprar ya producto en campo a finales de mayo, lo cual ha sido un error”, indica José Manuel Pardo.
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