La incertidumbre de los consumidores aumenta a medida que aumentan las restricciones y las medidas de confinamiento en los países del norte de Europa. Si bien estas son fechas en las que los pedidos de hortalizas como el tomate suelen experimentar un repunte importante para satisfacer la demanda en los días previos a las celebraciones de Navidad y fin de año, este año el crecimiento está siendo más moderado.
“No solamente hay canales de venta cerrados, como la restauración y la hostelería o tiendas de alimentación, sino que es muy difícil saber dónde se va a orientar el consumo. Por más que se haya desplazado parte de la demanda de estos canales al retail, no creo que éste lo vaya a compensar, ya que los consumidores no tienen la confianza que deberían. Si bien han aumentado las ventas respecto a las semanas anteriores, no se ha dado en la misma medida que solía hacerse en otros años. No es una época en la que se estén llenando las cestas de la compra como se hacía antes de esta crisis sanitaria, no se respira la misma alegría”, explica David Franco, del departamento comercial del Grupo Hortofrutícola Paloma. La compañía murciana se encuentra en estos momentos en plena campaña de tomate.
“Nuestro negocio se enfoca principalmente en el suministro a grandes cadenas de distribución, por lo que, en general, a pesar de que es una campaña de navidad menos fuerte que otros años, se están dando unas previsiones dentro de lo normal, con un repunte de alrededor del 10% en las ventas de tomates de especialidad”, añade.
La superficie plantada de tomate se ha reducido entre un 8 y un 10% en España, siendo Almería y Murcia las principales zonas productoras. “Observamos que se ha convertido en una tendencia en los últimos años. Mientras perdemos superficie, aumenta el valor de nuestro producto por metro cuadrado. El crecimiento de la cuota de mercado de otros países terceros como Marruecos o Turquía, hace que España esté produciendo menos tomate pero que este tenga más valor, ya que contamos con mejores variedades, técnicas de cultivo y certificación de calidad y salud alimentaria”, asegura David Franco.
“El Brexit traerá medidas de inmediata aplicación a un sector con planificación a largo plazo”
“Si bien el año pasado terminó por aplazarse el Brexit un año más, todos somos conscientes de que este año, a partir del 1 de enero Reino Unido sí se quedará fuera de Europa. Nos hemos preparado para acometer los cambios en cuanto a trámites burocráticos o documentación de transporte entre otros aspectos, aunque faltan por acordarse los últimos detalles en temas de aranceles, que más allá de encarecer el producto, podría favorecer la competencia de otros países terceros. La verdad es que es muy complicado afrontar medidas de efecto inmediato en un negocio con inversión y planificación a largo plazo”.
“Oficialmente, Reino Unido tiene acuerdos comerciales con otros países terceros proveedores de tomate que favorecen su posicionamiento en este mercado, aunque también de forma paralela y no tan oficial, los importadores británicos han desarrollado líneas de negocio con estos orígenes para dar seguridad a sus importaciones, teniendo en cuenta la incertidumbre que ha generado esta situación en los últimos años. Todavía no sabemos cual será el acuerdo final, pero todos queremos que la forma de hacer negocios con Reino Unido se mantenga lo máximo posible en la forma que estamos acostumbrados, sin contar esos cambios en trámites burocráticos y de documentación”, concluye David Franco.
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David Franco
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