Las algas tienen un rápido crecimiento y, en el caso de la espirulina, también es rica en proteínas, lo cual las convierte en un cultivo muy interesante. Durante años se han estado desarrollando proyectos de investigación en microalgas en el mundo académico, y hoy en día cada vez más productores que disponen de un invernadero están interesados en la producción de algas.
Solo hay una pregunta: ¿cómo se cultivan a gran escala? En un compartimento separado del invernadero de Ruud Olij, un productor holandés de plantas ornamentales, se está llevando a cabo un cultivo a gran escala desde principios de noviembre. En el invernadero, se han instalado varios fotobiorreactores de diferentes diseños, tratándose de una producción de invernadero de alta tecnología. Para poder realizar este cultivo en el invernadero de Ruud, expertos en algas, inversores y técnicos en horticultura de invernadero unieron fuerzas, lo cual también ha dado como resultado una fusión entre las empresas holandesas LGem, productora de fotobiorreactores, y Synalgae, desarrolladora de tecnologías de cultivo de algas.
De izquierda a derecha: Bas Swildens, Jeroen de Vree, Marieke Vanthoor-Koopmans, Marco Braam, Eugene Roebroeck, Sander Hazewinkel y Ruud Olij
De carácter práctico
LGem cuenta con quince años de experiencia en el cultivo de algas y en los últimos años se ha centrado en la venta de reactores para el cultivo de algas, principalmente a instituciones de investigación académica y departamentos de I+D+i de diversas multinacionales. Synalgae, bajo el mando del productor Ruud Olij y contando con la colaboración de Bosman Van Zaal, una empresa holandesa diseñadora de proyectos de horticultura, se fundó en 2018 y se dedica al desarrollo de tecnología de cultivo y a la producción de algas. El objetivo a largo plazo de Synalgae es satisfacer la demanda de biomasa de microalgas.
“La fusión nos proporciona la posibilidad de aplicar el conocimiento en la práctica”, dice Jeroen de Vree, responsable de producción de LGem-Synalgae. “Con estas instalaciones de última generación, queremos demostrar que somos capaces de suministrar instalaciones de producción para el cultivo de algas a gran escala en todo el mundo. También brindamos a los clientes un servicio de asistencia y más adelante nos dedicaremos también a la venta de algas de producción propia. Estos proyectos tienen que ser ‘llave en mano’, como es habitual en la horticultura de invernadero”.
Pioneros
Debido a la actual oferta reducida de microalgas en el mercado, también hay una demanda limitada. “No obstante, las microalgas tienen un enorme potencial”, dice Jeroen.
En parte debido a la COVID-19, los consumidores están cada vez más interesados en proteínas vegetales. “Con esta nueva instalación hub en la localidad de De Kwakel estaremos preparados con un concepto probado a medida que la demanda del mercado aumente. Con este nuevo paso, nos convertimos en pioneros y no perderemos el tren”.
A principios de noviembre, los tres fotobiorreactores totalmente automatizados en De Kwakel estaba funcionando por primera vez todos juntos. “Esto ha sido todo un logro, porque ambas empresas a nivel individual nunca lo habían construido a esta escala y con esta tecnología”, dice Jeroen. “Se trata de una superficie de cultivo total de 1.200 m² y un volumen de 30 m³. No son cifras muy altas para la horticultura de invernadero, pero sí para el cultivo de algas, sobre todo teniendo en cuenta que la tecnología utilizada es de vanguardia”.
Oportunidad de negocio para los productores
En 2019, se empezó a diseñar el plan para la instalación de demostración y la construcción comenzó en mayo de este año. Ahora que todas las instalaciones están en funcionamiento, ya se puede empezar a cosechar. “Todos los días del año se produce una media de 15 kilos de materia seca, pero nuestro producto final es una pasta, unos 75 kilos por día”, dice Jeroen. La instalación de demostración puede producir 22,5 toneladas de pasta de espirulina de uso alimentario anualmente. Además, también se están llevando a cabo otros tipos de pruebas.
Los resultados obtenidos en De Kwakel sirven como base para calcular el rendimiento comercial de las diversas especies de algas y productos relacionados. Hasta el momento, solo se disponía de datos académicos resultantes del cultivo de algas en un entorno de laboratorio. Varios productores holandeses ya han mostrado interés en realizar pruebas.
En las instalaciones de De Kwakel, los clientes pueden recopilar datos de cultivos, informarse sobre las oportunidades de negocio y probar nuevas especies de algas. “Actualmente, hay muy pocos datos disponibles en todo el mundo que se hayan obtenido a esta escala”. Además, hay varios parámetros de proceso que influyen en el rendimiento de los fotobiorreactores, de acuerdo con Jeroen. “Hay más de 300.000 especies de microalgas diferentes. Además, surgen muchas preguntas, entre ellas: ¿cuánto tiempo se deben iluminar las algas y con qué espectro de luz? ¿Cuál es la temperatura de cultivo ideal, qué temperatura de almacenamiento se requiere? Un cliente puede informarse sobre todo esto en nuestras instalaciones antes de decidirse a realizar una inversión importante”.
Más producto, más limpio y mejor
La ventaja de un sistema de cultivo cerrado, un fotobiorreactor, es que todos los parámetros del cultivo se pueden controlar, al igual que en el cultivo de tomates, por ejemplo. “Esto da como resultado rendimientos más altos y un producto mucho más limpio en comparación con las algas que ya están en el mercado”, indica Jeroen. “Muchos de los productos actuales provienen de estanques al aire libre, pero no son tan limpios y no pueden controlarse igual que estos reactores”.
Espirulina
Hay 300.000 tipos de algas entre las que pueden elegir los productores, en función principalmente de la aplicación de la biomasa de algas y de qué tipo de ingredientes se necesitan para ella. Compuestos como ácidos grasos, antioxidantes y pigmentos, entre otros, difieren según el tipo de alga. En De Kwakel optaron por la espirulina: “un alga verde-azul muy nutritiva, no tóxica, considerada como un superalimento”, dice Jeroen.
Los puntos fuertes de este tipo de algas son su alto porcentaje de proteínas (70%) y, según Jeroen, su “interesante tinte azul”. Pero sobre todo, la espirulina está permitida en la Unión Europea como alimento y, por lo tanto, es más fácil de comercializar que las algas que aún no están permitidas en Europa. Llevar otras especies de algas al mercado es un objetivo para el futuro, pero sin duda este proceso se acelerará gracias al mayor enfoque en la sostenibilidad y al mayor interés en las proteínas vegetales.
La iluminación led fue instalada por Dutch Lighting Innovations.
Iluminación
El objetivo principal es doble: la venta de la biomasa y la comercialización de los sistemas, aunque ambas cosas están relacionadas. “Al realizar este proyecto a gran escala, podemos demostrar exactamente cómo funciona y generar biomasa en consonancia con la demanda del mercado”. Los sistemas existentes están disponibles también para alquiler. “La fase 1 ya está en marcha, en la fase 2 se duplicarán dos de los tres sistemas, aumentando la capacidad de producción total de 30 m³ a 50 m³. Además, todavía quedan 4.000 m² de espacio en el compartimento del invernadero para una tercera fase de expansión en la ubicación actual”.
Aquellos que tengan curiosidad son bienvenidos para echar un vistazo en el invernadero en la localidad de De Kwakel, concertando una cita previa.
Para más información:
LGem/Synalgae B.V.
www.lgem.nl
info@lgem.nl