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Nueva planta de procesamiento para MSP Onions (Países Bajos)

"La clasificación de cebollas basándose en la calidad interna será un requisito general en dos años"

En la nueva planta de procesamiento de cebollas de la empresa holandesa MSP Onions parece que reina la paz y la tranquilidad. Sin embargo, cada día pasa un volumen impresionante de cebollas por la fábrica, que tiene una capacidad de procesamiento de 1.000 toneladas diarias y que cuenta con una buena demanda. "En una planta tradicional y con esta capacidad, se necesitarían a 70 trabajadores, pero nosotros lo hacemos con solo 7, incluyendo el personal de limpieza y de servicio técnico", dice Lindert Moerdijk, quien ofreció a los redactores de FreshPlaza un recorrido por la nueva planta de procesamiento de cebollas totalmente automatizada y sostenible, donde el software Eqontrol controla las diversas máquinas y se encarga de la gestión de existencias.

Esta fábrica de sueños, como la llama Moerdijk, proporciona a clientes de todo el mundo cebollas de calidad programada. "Cada uno de los diferentes clientes en Asia, África y América Central y del Sur tiene sus requisitos específicos, de los cuales depende también el precio, y ahora somos perfectamente capaces de atender a las diferentes exigencias gracias al control de calidad interna de las cebollas. Las respuestas de los clientes son muy positivas y nos sentimos muy orgullosos de poder ofrecer tal servicio. La Eqrader es la única máquina en el mundo capaz de evaluar la calidad interna de todas las cebollas a este ritmo. Mucha gente presume que tiene cebollas de calidad, pero con esta clasificadora nosotros lo podemos incluso garantizar. La clasificación a base de la calidad demandada se programa para cada cliente individual. Ajustamos los parámetros de la clasificación exactamente a las indicaciones de cada cliente, con una precisión milimétrica y control de las cebollas a nivel interno y externo".

"En esta nueva fábrica las cebollas se procesan desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche. No hay mano de obra involucrada en el manejo de las cebollas, así que nuestros productos están a prueba de coronavirus. Tenemos cuatro máquinas que, juntas, pueden clasificar 160 cebollas por segundo. Se toman 6 fotos de cada cebolla. Las seleccionamos a base de 17 parámetros de calidad, entre los cuales se encuentran la coloración, síntomas de enfermedades, la dureza y la calidad interna y externa. De esta manera, somos capaces de seleccionar muy rápidamente las cebollas de primera categoría de cada lote. Como anécdota, al final de la temporada pasada, ocurrió que un cliente pensó que le estaba tomando el pelo y le había entregado un lote de cebollas importadas de Nueva Zelanda", se ríe Lindert. "Cada lote se puede rastrear gracias al software Eqontrol track and trace. Cada segundo podemos rastrear cada caja e incluso cada cebolla. Esto nos da una gran base de datos enormemente valiosa que nos permite conocer incluso las prestaciones de cada variedad o de cada zona de cultivo".

Ni una sola cebolla podrida en la bolsa
En 2010, MSP dio el paso de comenzar a exportar parte de las cebollas que clasificaba. Mientras tanto, la empresa domina ese negocio a la perfección y las cebollas se envían a todo el mundo durante todo el año. Gracias a la nueva fábrica, MSP espera ahora llamar la atención de los supermercados. "Podemos garantizar a un supermercado, o al proveedor de un supermercado, que no habrá ninguna cebolla podrida en sus bolsas. Muchas veces, cuando veo las cebollas en el supermercado, se me llenan los ojos de lágrimas. Gracias a nuestra clasificación de calidad programada, eso puede ser cosa del pasado. Creo que esta técnica revolucionará el comercio de las cebollas y que, dentro de dos años, todos los supermercados de Europa pondrán como condición que todas las cebollas hayan sido verificadas en cuanto a calidad interna".

"Además de una gran cantidad de datos, nuestra manera de clasificar las cebollas brinda grandes oportunidades de exportación. Podemos abrir nuevos mercados y abastecer a los mercados existentes durante más tiempo. Por ejemplo, ahora envío cebollas a ciertos destinos, hacia donde antes realmente no me atrevía a mandarlas, debido al tiempo de tránsito de cinco semanas. Como a Brasil, por ejemplo, ya que no tengo que preocuparme por la decoloración de las cebollas. En cuanto empieza a demandar producto Brasil, nuestras máquinas funcionan a toda velocidad. Solo hace falta programar las máquinas de tal manera que quiten las cebollas demasiado oscuras. Esta posibilidad de selección avanzada supone un valor agregado para aquel productor que no tenga el 100% de cebollas adecuadas, sino solo el 90%. Especialmente en primavera, cuando muchos destinos empiezan a cambiar a las cebollas de otros orígenes por razones de calidad, esta ventaja se vuelve muy interesante, ya que siempre podemos garantizar la máxima calidad", dice Lindert, sentado en la sala de control, mientras nos muestra tres cebollas de diferente calidad recién clasificadas. "Todas son del mismo lote. Antes, también se mandarían a un solo destino en el mismo lote, mientras que ahora se envían a tres clientes diferentes, y cada uno de ellos está muy satisfecho con ellas, ya que cumplen con sus requisitos".

"Además, creo firmemente en el principio del machine learning. Nuestro ERP Profix (planificación de recursos empresariales) ahora está directamente vinculado a las máquinas a través de Eqontrol, de manera que, por ejemplo, un tráiler que entra se puede vincular al programa de clasificación con solo un clic del ratón, con el consiguiente ahorro de tiempo. Según los parámetros dictados por el departamento de compra, Eqontrol establece la velocidad de procesamiento y determina las rutas necesarias para clasificar el lote en cuestión de la manera más eficiente posible. En cuanto a la salida del producto, Eqontrol establece los programas de envasado según la demanda del cliente, gestionando todo el proceso necesario, desde la recogida del producto del almacén hasta la puesta en marcha de todas las líneas de envasado. Se trata de una combinación fantástica de nuevas técnicas de software que reducen el tiempo de inactividad y hacen que los errores sean cosa del pasado".



“Otra ventaja es que hay un control total del rendimiento de la máquina y que las planificaciones se pueden ajustar en cualquier momento de manera flexible. Ahora lo sabemos todo en cada momento, mientras que antes los procesos de clasificación y envasado se basaban mucho en suposiciones. Quiero que el papel del operador ya no sea tan determinante, ya que una configuración incorrecta en cualquier máquina en la línea causa un lío enorme. ¡Eso es lo que hay que evitar! Lo ideal es poder procesar 120 toneladas de cebollas por hora en paz y tranquilidad y, con solo tres actuaciones: el botón de inicio, de apagado y de pausa", se ríe Lindert.

Hace años, Lindert ya hablaba de la inteligencia artificial como el gran factor diferenciador en el sector de la clasificación de cebollas. "Para hacer un uso óptimo de este sistema de inteligencia artificial, se necesitan, sin embargo, muchas salidas. Dieciséis salidas no es un lujo si se sabe que incluso las cebollas de desecho se programan en tres tipos. Empezamos a principios de septiembre con esta nueva línea y el margen de error todavía era del 2% porque las redes neuronales aún no estaban capacitadas para detectar ciertos síntomas de enfermedades. Ahora estamos en el 0,2% de error y ese porcentaje sigue disminuyendo", dice Moerdijk. Para los clientes retail, ahora podemos configurar la máquina de tal manera que el resultado sea del 100%, tanto en términos de color como de tamaño y calidad interna. Aunque esta empresa cuenta con décadas de experiencia en la clasificación de cebollas, la máquina selecciona con más precisión de lo que podría cualquier experto. El margen de error de una máquina es mucho menor y, además, las máquinas se pueden utilizar todas las horas del día".

Proceso de producción circular
Cuando se le pregunta si no se quedan fuera de comercialización muchas cebollas, debido a tal precisión en la clasificación, Moerdijk responde negativamente. "De hecho, nos estamos moviendo cada vez más hacia un proceso de producción circular sin desperdicio de alimentos. Hemos tenido en cuenta el tema del desperdicio en cada fase del diseño de la máquina. Los clasificadores tradicionales tienen un gran volumen de productos desperdiciados, mientras que nosotros sabemos aprovecharlos mejor. Del total de cebollas que en el pasado se desperdiciaban, el 75% ahora se transforma en alimentos y el 25% restante va al biodigestor, lo cual también es un dato interesante para los productores, ya que las exigencias acerca de una agricultura sostenible y las condiciones meteorológicas más extremas siguen creando más incertidumbre en cuanto a la calidad de los cultivos. Esta fábrica realmente puede suponer un gran valor añadido para los productores".

El almacenamiento se basa en un sistema de secado por condensación y toda la fábrica es totalmente eléctrica. Las cebollas se recogen de manera automática en un almacén, al que Moerdijk denomina ‘caja negra’. "MSP ha ideado las ‘reglas de juego’ del almacén y Eqontrol le ha dado forma. En un tablero ahora podemos ver todo el stock, con precisión al kilo, sin que los operadores tengan que saber dónde exactamente se encuentra un lote en el almacén. Al principio, para todos nosotros esta fue una experiencia especial e incomparable con el método de trabajo tradicional. El tablero también sirve para el departamento de ventas, ya que se ven exactamente los lotes que se pueden vender. Como resultado, la superficie actual de 13.000 m² ocupada se ha mantenido relativamente limitada. Ahorramos un 60% en los movimientos logísticos internos. Si hubiéramos trabajado de la forma tradicional, habríamos necesitado tres veces el espacio ocupado actualmente", dice Lindert.

Lindert espera que todo el sector de la cebolla holandés reciba un impulso con esta inversión de aproximadamente 20 millones de euros. "Aproximadamente cuarenta procesadores de cebolla holandeses han estado trabajando de la misma manera durante décadas, al mismo precio de coste y también en gran medida para los mismos clientes. Pero el clima cambiante con largos períodos húmedos y secos requiere un impulso de calidad, al que la clasificación manual no puede dar una respuesta adecuada. Mientras que las exigencias son cada vez mayores para los agricultores, los procesadores se han quedado atrás. Esto es lo que nos impulsó para poner en marcha este proyecto. Que también el proceso de clasificación y envasado se convierta en Planet Proof. Nosotros abogamos por que el requisito de sostenibilidad llegue a ser más estricto de lo que ofrece un certificado BRC".

Para más información:
Lindert Moerdijk
MSP Onions
Hertenweg 32a
4455 TL Nieuwdorp (Países Bajos)
[email protected]  
www.msp-onions.nl  

Fecha de publicación: