Los robots "blandos" están hechos de materiales maleables como la silicona y otros polímeros en lugar de metal. Estos materiales dotan a los robots de características orgánicas, imitando la manera en que trabajan los músculos y permitiendo que los robots se muevan y lleven a cabo tareas humanas imposibles para las máquinas metálicas de la vieja escuela.
El ingeniero y científico Tim Chin explica por qué opina que la robótica y la agricultura van de la mano: "Una aplicación específica de la robótica blanda que me interesa es la agricultura. La mayoría de las soluciones automáticas para la cosecha solo operan en grandes cultivos resistentes. Existen pocos mecanismos para recolectar cultivos más pequeños, pero muchos son violentos y tienden a dañar la planta en el proceso. Se han hecho avances por parte de empresas como Soft Robotics Inc, que incorporan elementos blandos a sus pinzas robóticas. Sin embargo, estas pinzas, dependiendo del objeto de destino, siguen necesitando cierta rigidez".
"Este dilema condujo a un proyecto de investigación en el que yo participé. La meta del proyecto era explorar la recolección autónoma de berries delicadas y ligeras, en concreto frambuesas", continúa. "Para esa tarea, se necesitaba una pinza única. Teniendo en cuenta la delicadeza de las frambuesas, era un problema oportuno que resolver con la robótica blanda".
Fuente: agritechfuture.com