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A la nueva normalidad post-COVID del sector citrícola se añade la mayor relevancia de Egipto

La campaña española de cítricos 2020/2021 se ha caracterizado por los bajos rendimientos en campo y unas altas expectativas que finalmente no se cumplieron. Además, Egipto ha surgido como principal competidor para España de enero a junio. Mientras que las exportaciones en Europa se mantienen, los envíos de cítricos españoles a mercados terceros como China siguen cayendo en picado. La campaña 2021/2022 se encara con previsiones de cosecha más bajas respecto al ejercicio precedente, en parte, debido a las serias afectaciones de plagas como el cotonet. Así lo cuenta Quico Peiró, director de operaciones del Grupo Cañamás, una de las compañías productoras y comercializadoras de cítricos más grandes de Europa.

En marzo de 2020 se anunció el estado de alarma en España, así como las sucesivas medidas de cuarentena en distintos Estados miembros de la UE, que propició el efecto COVID en el consumo de cítricos, debido a que la gente asociaba la ingesta de cítricos con la vitamina C y el refuerzo del sistema inmunitario. Este efecto COVID, que hizo disparar las ventas a niveles de récord, manteniendo una tendencia al alza durante el verano de 2020, propició que los exportadores españoles adelantaran las compras en campo a agosto. No obstante, bien pronto se comprobó que, iniciada la campaña, los altos precios y el efecto COVID habían desaparecido.

“La campaña fue complicada. Por un lado, unas expectativas de mercado que se tradujeron en un alto precio en el campo y que poco han tenido que ver con la realidad a nivel comercial, y por otro lado, un aprovechamiento con destríos y mermas que encareció más, si cabe, el producto”, recuerda Quico Peiró.

De hecho, aquellos que compraban a “precio COVID” tuvieron que vender a precios “normales”, quedando los márgenes de beneficio realmente ajustados. Se afrontó el habitual cuello de botella de noviembre y diciembre con las ventas de variedades mayoritarias como son la clementina Clemenules y la naranja Navelina, que se pudieron sobrellevar con complicaciones. La campaña de mandarinas tardías fue positiva en líneas generales, aunque el final de campaña de naranjas fue complicado, con una demanda a la baja y una fuerte presión de Egipto que derivó en importantes stocks acumulados que se fueron vendiendo poco a poco con dificultades.

Se desploman todavía más las exportaciones a China y surge Arabia Saudí como “sustituta”
De septiembre de 2020 a julio de 2021, España exportó un total de 3.619.000 toneladas, según datos de Comercio Exterior (DATACOMEX), una cifra similar a las 3.596.000 toneladas de la campaña 2019/2020, en la que la producción fue significativamente más baja y cuya demanda estuvo marcada por el efecto COVID. Las exportaciones dentro de la UE se han mantenido, mientras que los envíos a países terceros –sin considerar a Reino Unido, que ha pasado a ser un país no comunitario desde enero de 2021– han bajado ligeramente de 249.560 toneladas a 243.329 toneladas, a pesar de disponerse de una mayor producción respecto a la campaña precedente. El país tercero con más exportaciones ha sido Suiza, con 60.085 toneladas; el segundo, Canadá, con 53.834 toneladas, y el tercero, Noruega, ubicándose en el cuarto lugar Arabia Saudí, con un incremento importante de más de 10.000 toneladas hasta alcanzar las 22.675 toneladas, siendo el mercado tercero con mayor crecimiento en la campaña 2020/2021.

En el lado opuesto, llama la atención el desplome de las exportaciones a China, que llegó a ser el tercer país no comunitario con mayores exportaciones. En la campaña 2019/2020, los envíos al gigante asiático ya cayeron a 9.284 toneladas, mientras que en la 2020/2021 se han reducido a 1.488 toneladas. Esto refleja la complicación del tráfico marítimo y el duro protocolo al que se ven sometidos los cítricos españoles.

 

“A la nueva normalidad post-COVID del sector citrícola se añade Egipto”
“Creo que la campaña 2021/2022 será más equilibrada en lo que respecta a precios, ya que, como vimos el pasado ejercicio, la demanda de producto no es tan fluida como el año en el que irrumpió la COVID, lo cual nos devuelve a situaciones de mercado como en la campaña 2018/2019, pero añadiéndole a nuestra ‘nueva normalidad’ el posicionamiento de Egipto como un proveedor del mercado europeo con una relevancia notable tanto en la formación de precios como en la disponibilidad de volúmenes”, señala Quico Peiró.

“El sector citrícola español está muy preocupado con la actual situación respecto a la competencia de Egipto y otros orígenes. La situación a nivel mundial hace que el mercado más apetitoso sea el mercado europeo, el nuestro, donde se produce mucho y bien, pero en el que se siguen unas especificaciones en cuanto al uso de determinadas materias activas, el uso de recursos naturales o la huella que dejamos en el planeta, así como especificaciones con relación al respeto de los derechos de los trabajadores... Y lo que el sector observa atónito es cómo esas especificaciones que nos encontramos para nuestro producto no tienen una trasferencia sobre la demanda de producto a otros orígenes. Estamos tan preocupados que hemos establecido un concepto para referirnos a ese agravio, lo llamamos ‘reciprocidad’. Y, en definitiva, en este concepto se resumen todas las demandas del sector: queremos reciprocidad entre nuestro producto y el que nos haga la competencia”, manifiesta Quico Peiró.

“Cada momento en el tiempo ha tenido su reto y ahora está siendo el cotonet de Sudáfrica”
Las plagas son un problema cada vez más serio para la producción, sobre todo en la Comunidad Valenciana, y se espera que su influencia sea mayor esta campaña. “Las plagas siempre han sido un problema muy serio para la agricultura. Cada momento en el tiempo ha tenido su reto, y el de este momento está siendo el cotonet de Sudáfrica. Lo que sí es destacable es que las autoridades competentes no nos proporcionen las herramientas necesarias para poder combatir la plaga. Afortunadamente, aunque la producción de este año se verá afectada, no lo será de una forma drástica. Por lo tanto, creo que, si hay voluntad, aún podemos solucionar el problema de cara al futuro. Este año las previsiones de cosecha serán algo menores en volumen que el año pasado, pero con un mayor aprovechamiento debido a mejores calibres, lo cual le sentará muy bien al sector en general. Pero, en definitiva, el sector citrícola español tiene suficiente volumen para proveer los más de 3,6 millones de toneladas que el mercado europeo nos demanda, tal y como podemos ver en la última década”, indica el director de operaciones de Cañamás.

Mientras tanto, el calendario de producción de cítricos continúa creciendo hacia el final de campaña. “Es natural, porque nuestro mercado nos pide cada vez una presencia mayor de fruta española, ya que hay una apuesta cada vez mayor por los alimentos sanos, seguros y sostenibles y estos son los valores de la producción española”, afirma.

Para Quico Peiró, el sector citrícola tiene “los deberes muy claros” para esta campaña 2021/2022: “Primeramente, debemos conseguir que los tratamientos contra el cotonet de Sudáfrica se hagan cuando toca, como toca y con lo que toca. En segundo lugar, debemos ser capaces de asegurar a nivel europeo que el producto que entra a aprovisionar el mercado comunitario tenga las mismas exigencias en cuanto a especificaciones, sea cual sea su origen, europeo o exterior. Y, en tercer lugar, debemos poner a trabajar a la interprofesional”.