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Emilio Fuertes, director comercial de Planasa para Iberia y Marruecos:

“La imagen del sector hay que trabajarla de manera global y demostrar que la fresa española merece el reconocimiento que pedimos”

A pesar de las complicaciones de la pasada campaña, la superficie plantada de fresa seguirá manteniéndose en Huelva, mientras que otros cultivos como el arándano experimentan reconversiones importantes a nivel varietal. La fresa española necesitará reforzar su imagen para ganar un mayor valor y respeto, trabajar en la precocidad y vida útil de sus variedades, así como aumentar su notoriedad en el mercado nacional. Entrevistamos a Emilio Fuertes, director comercial de Planasa para Iberia y Marruecos, quien repasa los puntos fuertes y débiles del sector español de los frutos rojos, partiendo desde la obtención hasta la comercialización.

La pasada campaña de fresa 2020/2021 fue realmente compleja. ¿Podría repercutir esto en la superficie de cara a la campaña que viene? ¿Cuáles son las sensaciones en la compra de plantas?

La campaña comenzó con incertidumbre y una bajada de producción como consecuencia de las condiciones meteorológicas que nos dejó la borrasca Filomena y, en general, de un invierno frío. Pero lo cierto es que el haber podido alargar la campaña, también por las condiciones meteorológicas, ha permitido que se cierre el año con un crecimiento de la facturación de un 7,5%, según los datos del balance de final de campaña.

A priori, la superficie de fresa seguirá la evolución de las últimas campañas y, aunque es cierto que hay una cierta tendencia de transformación de hectáreas de fresa a hectáreas de frambuesa o arándano, parece que la superficie global de fresa seguirá en torno a las 6.100-6.200 hectáreas. Es un cultivo muy consolidado y en el que el sector onubense es experto, y por otra parte las condiciones meteorológicas son impredecibles a largo plazo, por lo que no creo que afecte de manera significativa a la superficie de plantación.

En cuanto a las ventas, desde Planasa mantenemos la demanda inicial prevista tras la plantación de nuestros viveros y también es cierto que ahora mismo estamos enfocados en tratar de satisfacer toda la demanda creciente que tenemos en nuestras dos variedades de día neutro, como son Plared 15105 y Plared 1525, y especialmente para Plared 15121, que es la variedad de día corto que más potencial e interés ha demostrado tener en Huelva en particular, por su alta precocidad y productividad, pero también por su buena calidad de fruta y vida poscosecha.

Algunos operadores y representantes del sector han manifestado su preocupación por el trato a la fresa española en mercados europeos. ¿Creéis que es solamente un problema relacionado con la comercialización?

Creo que el sector fresero somos todos, empezando por las empresas de breeding y viveros, pasando por todos los productores, comercializadores y hasta los propios mercados europeos. Y, aunque es cierto que en momentos concretos pueden surgir situaciones o incidencias puntuales en cualquier eslabón de la cadena, creo que la imagen del sector hay que trabajarla de manera global y demostrar que la fresa española merece el reconocimiento que pedimos.

En particular, y teniendo en cuenta que –hoy en día, al menos– todavía no tenemos una herramienta como sería la DO, por ejemplo, una muy buena manera de defender a la fresa de Huelva es demostrando y dando argumentos objetivos del valor del producto que se está suministrando a estos mercados. Creo que es importante seguir trabajando en construir una imagen de sector serio, comprometido con los desafíos del futuro y fiable, para que si en un momento determinado se dan situaciones de alta competencia con otros orígenes, precios bajos o surge alguna incidencia que pueda dañar la imagen de manera puntual, estemos preparados para poder defender la calidad del servicio y la calidad de la fresa de Huelva de manera global. Porque es la calidad la que nos va a garantizar ese respeto y ese reconocimiento de los mercados que luego se puede traducir en rédito económico.

Desde Planasa entendemos que esta es una labor de trabajo a largo plazo, y creemos que en este camino están ya la práctica totalidad de las empresas del sector. Y en la parte que nos toca, desde el centro de I+D de Cartaya, venimos trabajando en la línea de obtención de variedades adaptadas a las condiciones de cultivo de Huelva para poner a disposición de los agricultores variedades que los hagan más competitivos y puedan defender la calidad de producto que sus clientes les requieren y, por otra parte, a través de nuestros viveros en Segovia y Valladolid, de la mejor calidad de material vegetal posible.

¿Cuáles podrían ser las asignaturas pendientes de la fresa española en cuanto a genética y en qué dirección está trabajando Planasa?

Para responder a esta pregunta hay que empezar teniendo en cuenta que, por la dinámica actual del mercado de los frutos rojos, el sector fresero onubense necesita empezar a suministrar fruta a los mercados (nacional y europeo) con una cierta precocidad, ya que la fresa local europea cada vez comienza antes y la posibilidad de alargar la campaña queda cada vez más a la espera de la climatología y la disponibilidad de los mercados. Por tanto, el factor precocidad creo que seguirá siendo un factor fundamental.

Por otra parte, los productores españoles –que exportan una parte muy importante de sus producciones– también necesitan que la fresa y las variedades que comercializan lleguen a estos destinos que están a miles de kilómetros en buenas condiciones y se mantengan así durante el máximo tiempo posible. Por tanto, el segundo factor fundamental es el de la vida útil y la poscosecha de la fruta.

En Planasa trabajamos en varias líneas de investigación y, en concreto, tenemos bien definidos los diferentes ideotipos, que son las líneas de búsqueda de las variedades con los atributos que precisamente queremos que destaquen. Y es aquí donde trabajamos para poner a disposición esta nueva generación de variedades que aportan precocidad, sabor, producción o rusticidad, esta última cualidad muy importante tanto para cultivos ecológicos como para todo el sector en general.

Nuestro mensaje desde Planasa es que, gracias a la labor histórica que se realiza en nuestro centro de I+D en Cartaya, ponemos a disposición de los agricultores de Huelva nuestras nuevas variedades con el objetivo de que estas ayuden a nuestros clientes a ser cada vez más competitivos y posicionarse mejor en los distintos mercados.

¿Cómo creéis que podría ser el futuro de la fresa española en los próximos años?

Nuestro deseo es que poco a poco se vaya desarrollando un mercado nacional como ocurre en Italia o en otros países europeos, donde la tendencia es la de priorizar el producto nacional y que consecuentemente esté valorado con un precio justo. El consumo de berries va aumentando en nuestro país y se ha acelerado especialmente durante la pandemia, donde se ha notado un especial interés por parte de los consumidores en comer de manera saludable. En el caso de la fresa, se debe a que es la más conocida de las cuatro berries, aunque también el arándano, por su formato y su condición de posible snack saludable, va incrementando su popularidad y consumo.

También hay un perfil cada vez más evidente de consumidores conscientes e informados, por lo que son más exigentes a la hora de elegir y comprar un producto. Un aspecto fundamental es la trazabilidad, la procedencia del producto. Esto nos influye a todas las empresas que intervenimos en la cadena de valor desde el mismo origen, que es sin duda el breeding.

Por eso, sean cuales sean las tendencias de los mercados, en Planasa seguimos y seguiremos trabajando por desarrollar variedades que ayuden a los agricultores, como hemos mencionado antes, pero que también den respuesta a las demandas de los consumidores.

¿Continúa creciendo el interés por plantar arándano y frambuesa? ¿Sigue creciendo la superficie a expensas de la fresa o más bien se realizan renovaciones a nivel varietal?

En lo que a frambuesa se refiere, venimos con una tendencia creciente en cuanto al interés por la plantación de este cultivo, y efectivamente se ha dado una reconversión de hectáreas desde un tiempo a esta parte de fresa a frambuesa y arándano. Desde Planasa hemos asistido a esta transformación siendo actores principales con nuestra variedad estrella: Adelita.

En el caso del arándano, se está dando una renovación varietal que el propio sector demandaba, además de variedades tempranas que permitan a los productores onubenses producir antes de la ventana de abril y mayo, añadiendo además un plus de calidad respecto a lo ya existente.

Precisamente, el catálogo de variedades que ha lanzado Planasa muestra el cumplimiento con estos dos objetivos de renovación de material y de precocidad. Estamos comercializando desde 2020 seis variedades que destacan por precocidad, sabor, calibre y shelf-life. En concreto, son dos extraprecoces (BlueManila y BlueMalibú), tres precoces (BlueMadeira, BlueMarina y BlueMaldiva) y una de media estación (BlueMasirah).

¿Creéis que es más interesante para el arándano español expandirse a principios de campaña, siendo que compite con orígenes de ultramar?

Ese es precisamente el objetivo que hemos perseguido con nuestras variedades, que los productores pudieran alargar el calendario productivo empezando antes.

El poder ofrecer a los mercados europeos arándanos de primera calidad, producidos apenas a unos pocos días de tránsito del lugar de destino y mediante unas técnicas de cultivo que se pueden observar e incluso auditar de manera directa, es una ventaja competitiva por la cual entendemos que los agricultores españoles hacen bien en apostar.

¿Qué avances se han llevado a cabo en arándano y cómo creéis que se perfilará España como productora y comercializadora de arándanos?

En cuanto a los avances, en lo que a Planasa se refiere, creo que estamos contribuyendo a abrir el camino del desarrollo de variedades de arándano españolas. Hasta ahora, los productores optaban por variedades libres o programas de otros continentes para adaptarlos a las condiciones de producción locales, y, a partir de ahora, algunos de ellos podrán contar con variedades "made in Huelva". Eso sitúa al sector en una posición en la que el mercado internacional puede mirar hacia nosotros y vernos a largo plazo como potenciales productores, pero a corto plazo como desarrolladores de nuevo material de calidad.

¿Y qué hay de la mora? ¿Siguen faltando variedades de referencia para que el consumidor conozca mejor esta berry? ¿Cómo está siendo su evolución?

La mora es un producto, por el momento, poco desarrollado en Europa, quizás por la dificultad en el manejo, porque es muy sensible a las condiciones de cultivo y porque competimos con el gran productor mundial, que es México, donde tienen las condiciones ideales de cultivo para la mora, además de una dilatada experiencia. En nuestro caso, estamos probando internamente nuestras selecciones en la zona EMEA, con muy buenos resultados en cuanto a calidad de fruta, según los testeos con los principales retailers de Reino Unido. En paralelo, teniendo en cuenta que Planasa es una empresa global, podemos decir que, en México, el lanzamiento de esta nueva selección Plablack 15157 se está realizando de manera muy exitosa.

Si pudierais visualizar el sector español de los frutos rojos en 2030, ¿cómo creéis que sería? ¿Qué camino está tomando?

Creo que vamos evolucionando hacia el compromiso con el consumidor, con su alimentación y con la trazabilidad de los productos que vendemos. Los productores están entendiendo que estamos ante un consumidor consciente y cada vez más informado y exigente. Un ejemplo es el crecimiento en algunos sectores de los productos ecológicos o “residuo 0”, o la búsqueda de alimentos que aporten un valor añadido como por ejemplo la gran cantidad de antioxidantes que aportan las berries o los arándanos en particular.

 

Para más información:
Paula Crespo
PLANASA
EMEA Marketing and Communications Manager
[email protected]
www.planasa.com