La campaña española del kaki avanza con alrededor de un 25% de la fruta ya comercializada y entre 7 y 10 días de retraso respecto al ejercicio pasado.
La pérdida de cosecha se ubica en alrededor de un 40% debido a la afectación de enfermedades y plagas como el cotonet, así como por la influencia de las tormentas con pedrisco, entre otros factores. “Hasta este momento, hemos comercializado alrededor de un 20-25% menos de fruta en comparación con el primer tramo de la campaña pasada”, indica Pascual Prats, presidente de la Asociación Española del Kaki.
De acuerdo con el máximo representante de esta asociación de productores y comercializadores de kaki, hasta ahora se han defendido buenos precios de campaña, aunque en la última semana “está empezando a aumentar la presión en las ventas por parte de las cadenas de la gran distribución”.
Además, afirma que “los precios no se corresponden con la poca disponibilidad de fruta que hay este año. Cabe recordar que los costes de producción han aumentado entre 10 y 12 céntimos este año por la subida del precio de la energía, el combustible y los materiales de envasado, entre otros”.
A partir de mediados de noviembre se llevará a cabo la mayor parte de la cosecha para guardar la producción en cámaras, lo cual permitirá extender la campaña y regular el mercado. En estos momentos también se están llevando a cabo exportaciones a ultramar, aunque, de acuerdo con Pascual Prats, “este año habrá menos necesidad de exportación a mercados lejanos, debido tanto a la baja disponibilidad de producto como a los altos costes de los fletes marítimos, así como otros problemas logísticos”.
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