La creciente competencia de países terceros, la pasividad de las autoridades sanitarias europeas, la reducción de interlocutores comerciales, el aumento de los costes, la falta de recursos para combatir plagas…son, entre otras, las principales preocupaciones del sector citrícola español, las cuales analiza el CEO de V.ROS, en la visita de FreshPlaza a sus instalaciones en Les Alqueries (Castellón).
La campaña española de cítricos 2021-2022 ha arrancado con un solape histórico con el final de campaña del hemisferio sur, algo que ha hecho que la demanda caiga y los volúmenes de exportación se reduzcan notablemente en comparación a otros años.
Juan Pedro Beltrán, CEO de V.ROS.
“La presencia de fruta de países terceros crece cada año, tanto de Sudáfrica, en el hemisferio sur, como desde Egipto y Turquía en el hemisferio norte, países donde no se aplican las mismas reglas en cuanto al salario y los derechos de los trabajadores, ni se respetan las normas de sanidad vegetal y de residuos que nos exigen a nosotros”, manifiesta Juan Pedro Beltrán, CEO de V.ROS. “La pasividad de los organismos de control en Bruselas hace pensar que en este partido que jugamos todos los citricultores de Europa, los árbitros europeos están regalando goles al adversario cuando somos nosotros quienes estamos pagando el estadio y la luz”, añade, a modo de metáfora.
“Que cuando los compradores piensen en clementina con hoja, sigan pensando en V.ROS”
La empresa castellonense comercializa unas 20.000 toneladas de fruta anuales, de las cuales alrededor de un 70% es de fruta con hoja, siendo su mayor especialización. Aproximadamente el 20% de los volúmenes que trabaja son de naranja , mientras que el restante 10 por ciento es de otros cítricos.
“Afortunadamente, la importación de cítricos con hoja de países terceros en Europa no está permitida, lo cual nos ayuda a mantener cierta ventaja. Aunque es cierto que en los últimos diez años se han multiplicado los operadores que trabajan la fruta con hoja, confiamos en la vasta experiencia que ya tenemos, los cual nos da varios años de ventaja. Nuestro objetivo es que cuando los compradores piensen en clementina con hoja, sigan pensando en V.ROS”.
“El metil clorpirifos no tiene efectos sobre la salud si se usa de en las fechas indicadas y de manera controlada”
El pronóstico de la cosecha española para este año es de una reducción en los volúmenes de clementinas respecto al año anterior, especialmente en Clemenules, mientras que en naranja sube ligeramente la producción. La caída de la producción de esta variedad se debe, además de las tormentas y pedriscos, a la afectación de la plaga del Cotonet de Sudáfrica, que está afectando severamente a la zona centro y sur de la provincia de Castellón, donde más producción de Clemenules se concentra en España, aunque también afecta al kaki y al aguacate. Si bien esta plaga entró en esta zona hace más de 10 años, estaba controlada gracias al uso de clorpirifos y metil clorpirifos, plaguicida que fue prohibido en febrero de 2020.
Lionel Beltrán, director comercial de V.ROS, mostrando a FreshPlaza las instalaciones en pleno funcionamiento.
“Hasta el año pasado pudimos mantener esta plaga bajo control, pero ahora resulta imposible detenerla. El metil clorpirifos podría ser perjudicial para la salud, pero solo si se usa en las fechas indebidas”, indica Juan Pedro Beltrán. “Siempre se ha usado y no pasaba nada. Creo que debería apostarse por controlar su uso, en lugar de prohibirlo, ya que nos deja sin recursos ante un problema derivado de la laxitud de las autoridades sanitarias europeas en la entrada de plagas foráneas. Si no, el problema va acrecentarse exponencialmente en los próximos años”.
“El aumento de costes y del precio final del producto podría regular el consumo”
La bajada de producción de Clemenules respecto al año pasado está por encima del 25%, aunque “cabe tener en cuenta que en la campaña pasada hubo una gran cosecha”, explica Juan Pedro Beltrán. “Las ventas de clementina están empezando a repuntar, así como los precios, aunque también cabe recordar que han subido mucho los costes de producción, desde la energía y el carburante hasta los materiales de envasado como la madera, el cartón y la mano de obra. Eso sin hablar del coste de los fletes marítimos, que se han casi cuadruplicado respecto al año pasado y han hecho descender las exportaciones hasta la fecha. Este aumento de costes se tendrá que repercutir en el precio final del producto y esto podría también dañar al consumo, o más bien regularlo”.
“Afortunadamente, hasta ahora hemos podido mantener el nivel de ventas de la campaña anterior, en la cual crecimos un 12%”, señala Juan Pedro Beltrán, CEO de V.ROS. “Debido a la menor producción este año, no esperamos una campaña de gran crecimiento en ventas, aunque lucharemos con todas nuestras fuerzas para que esto suceda. El hecho de mantener los resultados obtenidos el pasado año, ya tendría que ser considerado un éxito”.
“La concentración de compradores cada vez más grandes hace perder competitividad a España como origen”
El CEO de esta empresa recuerda que la aplicación de la ley del AICA, que se aplica solamente a empresas privadas, está restándoles competitividad. “Aunque el objetivo perseguido con esta ley es noble, tiene un efecto secundario financiero que debilita a las empresas exportadoras medianas contra las superpotencias financieras de grupos internacionales”, sostiene.
Y es que, el descenso progresivo del número de interlocutores comerciales está cambiando los parámetros de negociación. “En los últimos años, cada vez más cadenas de la gran distribución se compran unas a otras y las que permanecen son cada vez más grandes y fuertes, lo que les permite tener un mayor poder de compra y ejercer más presión en los precios. Como resultado, vemos que la ventana comercial de España como proveedor de cítricos se va acortando. Por ejemplo, algunas cadenas permanecen con Sudáfrica el máximo tiempo posible, cambiando a la producción española durante 2 o 3 meses para enlazar con Egipto y Turquía y seguir de nuevo con Sudáfrica.
“A pesar de todas estas dificultades, soy optimista porque pienso que las empresas exportadoras de nuestro sector tenemos unas ventajas en cuanto a flexibilidad, servicio, dedicación, profesionalismo y tanta voluntad como pocos competidores de países terceros. En los últimos dos años se ha incrementado la apuesta de los grandes fondos de inversión por el sector citrícola español que podría cambiar las cosas a largo plazo. Todo apunta a que sobrevivirán solo las empresas más especializadas y profesionalizadas, aquellos que tienen un excelente control de todos los parámetros”.
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