Con la llegada de noviembre el tomate cobra un protagonismo aún mayor, si cabe, en los invernaderos de Almería. “La campaña del tomate empezó a finales de septiembre, pero a finales de octubre/principios de noviembre es cuando aumentan los volúmenes”, señala Juan Segura Morales, presidente de Coprohníjar. “La cosecha se está desarrollando bien, quizás un poco floja hasta ahora porque en el inicio de la campaña las altas temperaturas incidieron en los primeros cuajes, pero a pesar de esto prevemos mantener los volúmenes de la campaña pasada, en torno a unos 32-33 millones de kilos de los cuales 26-27 millones de kilos corresponderán a tomates tipo cherry”.
Este segmento de tomates de pequeño tamaño es la especialidad de esta cooperativa almeriense con más de 200 socios y 400 hectáreas, pionera en el cultivo ecológico en el Campo de Níjar. De hecho, como explica su presidente, Coprohníjar produce tomates tipo cherry los 12 meses del año en una amplia gama de variedades: redondo, pera, tipo cocktail y en diferentes colores, desde el rojo tradicional hasta el color chocolate, pasando por el amarillo y el naranja. “El mercado del tomate cherry es un mercado distinto del tomate tradicional, pero que tiene mucha aceptación. Exportamos la mayor parte de nuestra producción, pero el mercado nacional lo está demandando cada vez más. Además, el tipo de confección que hacemos para nuestros tomates, que envasamos en tarrinas de 200-250 gramos, hace que sea un producto muy fácil de consumir y muy cómodo de transportar”.
El tomate es, según datos de la FAO, la hortaliza más producida del mundo. España y Países Bajos son no solo los principales productores de tomate de la Unión Europea, sino también los principales proveedores mundiales del bloque comunitario. Sin embargo, se constata una caída continua de las ventas españolas y holandesas y un aumento de las importaciones de tomate de países terceros entre los que destaca Marruecos, tercer proveedor de tomates a la UE que en la campaña 2020/2021 duplicó en volumen al cuarto mayor proveedor, Francia. Y esta caída de los volúmenes vendidos al entorno comunitario tiene una consecuencia directa sobre el sector productor.
“La superficie de cultivo de tomates está bajando de manera importante en Almería. En los últimos años han dejado de cultivarse en torno a 2.000 hectáreas y hay bastantes empresas que se dedicaban al tomate que han desaparecido. Es muy difícil competir con la producción de Marruecos por los costes de producción que tienen en el país, y lo seguirá siendo mientras la comunidad europea no ponga controles y medidas, como la revisión de los cupos de exportación tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea”. Cabe recordar que Marruecos cuenta con un contingente preferencial previsto en el Acuerdo de Asociación UE-Marruecos de un máximo de 285.000 toneladas de tomates.
Juan Segura Morales, presidente de Coprohníjar.
“Eso genera, además, otros problemas serios: por un lado, si bajamos volúmenes dejamos de ser competitivos, y, por otro, la superficie que se pierde en tomate se deriva a otros cultivos y se corre el peligro de que también se saturen”, señala Juan Segura. “No obstante, nuestros productores asociados mantienen esta campaña más o menos la misma extensión de la campaña pasada y, a menos que ocurra algún problema climatológico o fitosanitario inesperado, mantendremos los volúmenes”, remarca el presidente de Coprohníjar.
En este sentido, la presencia de Tuta absoluta en los invernaderos de Almería, de la cual ha alertado recientemente la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), no está suponiendo un problema destacable para los socios de Coprohníjar, añade Juan. “En líneas generales, la estamos controlando bastante bien con el sistema de lucha integrada que llevamos a cabo en el 100% de nuestras plantaciones ecológicas”. Y es que la sostenibilidad, en todos sus ámbitos, es una prioridad para esta cooperativa almeriense cuya labor fue reconocida el pasado mes de octubre al ser galardonada con el premio Relevo Generacional de la I Edición de los Premios a la Economía Sostenible de Almería.
Francia sans plastique
A partir del 1 de enero de 2022, dentro de menos de 2 meses, entrará en vigor la nueva ley de lucha contra el desperdicio y de la economía circular en Francia, que impone nuevas reglas de etiquetado y envasado entre las cuales destaca la prohibición de los envases de plástico para frutas y hortalizas sin procesar cuyo peso sea inferior a 1,5 kg. La prohibición se implantará de manera paulatina para todos los productos, pero incluye al tomate redondo desde su primera fase.
“Nosotros ya nos hemos adaptado a esta nueva ley para poder seguir exportando a Francia. De momento hemos empezado a usar el cartón para sustituir al plástico en el envasado, pero falta material y los costes se van a elevar inevitablemente”, alerta Juan Segura Morales.
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Juan Segura Morales
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