Muchos operadores del sector de la cebolla se quejan de que el mercado está demasiado tranquilo. Según Lindert Moerdijk, de la empresa holandesa MSP Onions, la causa es fácil de detectar. "Construimos una nueva planta de procesamiento y también otras empresas envasadoras ampliaron su capacidad de clasificación. Este es el motivo, ya que las cifras de exportaciones demuestran que los envíos no han caído. De hecho, según las estadísticas hemos exportado un 4% más de cebollas que en el mismo período del año pasado".
"Sí que es verdad que las cebollas holandesas llegan a un número reducido de países de destino en comparación con la temporada pasada. El año pasado, muchas cebollas se destinaron a países como Bangladés y Sri Lanka. Personalmente, creo que es muy peligroso que enviemos tanto producto por sistema a países africanos como Costa de Marfil y Senegal. En el mes de enero, los envíos a estos países se detendrán, después de lo cual tendremos muchos volúmenes en stock que no se pueden suministrar con la misma facilidad a los países europeos. Además, está por ver cuál será la calidad de las cebollas en la segunda mitad de la temporada y a qué países podremos suministrar las cebollas de menor calidad".
Lindert Moerdijk
"El precio de las cebollas amarillas está bajando, pero el precio por bala debería permanecer estable para que los envasadores puedan mantener sus márgenes de beneficio. Y es que los márgenes están siendo bajos debido al aumento de los costes de los insumos y la energía, mientras que en el mes de noviembre solemos tener algo de ganancias. La situación actual no es un buen escenario para los envasadores", continúa Moerdijk. "Y es que, si los precios bajan, la demanda del mercado no necesariamente aumentará. No es que estemos entregando ahora volúmenes menores por culpa de los altos precios. Las condiciones del mercado de la cebolla roja son moderadas, pero la situación en general es más positiva. Ya hemos alcanzado el pico de envíos en las cebollas rojas y las exportaciones a ultramar están llegando a su fin".
Según Lindert, no está siendo una temporada fácil en términos de calidad. "El mayor problema tiene que ver con la calidad interna de las cebollas. El año pasado pudimos marcar la diferencia con la clasificadora óptica a partir de marzo, ahora la máquina nos está siendo muy útil desde principios de octubre. Por otro lado, esto nos permite acceder a nuevos canales de ventas, ya que el interés en las cebollas clasificadas ópticamente es muy alto".
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Lindert Moerdijk
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