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Bloqueada la ley para liberalizar la comercialización de productos agrícolas

Los agricultores de la India luchan y consiguen más que los italianos

Durante aproximadamente un año, el primer ministro indio Modi defendió una ley que liberalizaba la venta de productos agrícolas en origen. La noticia de esta semana –recogida por múltiples fuentes de información, entre ellas Ansa y The Guardian, pero la más fiable y original es Al Jazeera– es que las protestas de los agricultores han prevalecido y que la medida ha sido retirada.

Sin embargo, la verdadera noticia negra, que ninguna agencia ha condenado, casi como si fuera algo normal, es que casi 700 campesinos murieron durante este año de protestas. A menudo los medios de comunicación hablan de un pingüino muerto en la Antártida o de un árbol centenario quemado en un incendio en Sierra Leona, pero ¿quién sabía día a día de la muerte de 700 agricultores para poder garantizar su fuente de ingresos?

El Gobierno había aprobado un paquete de leyes para liberalizar las ventas de productos agrícolas en origen, pero según los agricultores, esto los habría dejado aún más con el agua al cuello. De hecho, debe recordarse que el ingreso medio de un agricultor indio ya se encuentra en el límite del umbral de pobreza.

"Los agricultores", informa Al Jazeera, "principalmente en los estados de Punjab, Haryana y Uttar Pradesh, que son los grandes productores de cereales, han rechazado las leyes, diciendo que conducirían a una adquisición empresarial del sector agrícola y les negarían el precio mínimo de apoyo garantizado por el Gobierno".

Las organizaciones de agricultores reiteran que no detendrán la protesta hasta que el nuevo precio mínimo de apoyo sea ley: "Se lo debemos a los 700 agricultores que perdieron la vida durante la batalla".

También en Italia se oye a menudo hablar sobre leyes injustas y un precio mínimo en origen para frutas y hortalizas. Sin embargo, nadie protesta, ni siquiera de forma pacífica. Sería impensable en Italia, y afortunadamente no sucede, que alguien perdiera la vida por tal causa, pero el testimonio de los campesinos indios demuestra que para lograr algo hay que luchar. Y, si se tiene hambre, se lucha, incluso a costa de la vida.

Recordemos a estas 700 víctimas, agricultores que se sacrificaron en la lucha por unos ingresos dignos.

Fecha de publicación: