Aunque durante las tres últimas campañas de zanahorias los riesgos climáticos han podido repercutir en la oferta obtenida, este año, tanto la calidad como los volúmenes se ajustan al nivel esperado. "La campaña en el campo se desarrolla en buenas condiciones. En todas las zonas de producción, los rendimientos son superiores a los de años anteriores. La calidad es muy buena, con una distribución equilibrada de los calibres. Por tanto, la oferta es óptima para satisfacer la demanda", informa Astrid Etèvenaux, directora de la DOP Carottes de France.
Consumo escaso y falta de valorización en las estanterías
Sin embargo, a pesar de una producción satisfactoria, el consumo sigue siendo demasiado tímido. "Desde este verano, muchas frutas y verduras se enfrentan a una demanda demasiado escasa, lo que ha alterado el equilibrio entre la oferta y la demanda. Es el caso de las zanahorias. Ya no podemos achacarlo solo al buen o mal tiempo, sino que hay un verdadero problema de fondo, como es el descenso del tráfico de consumidores en las tiendas. Aunque hay que tener cuidado al comparar las cifras de 2020, infladas artificialmente por el efecto COVID, la realidad es que estamos viendo descensos importantes en el consumo. Por ejemplo, si nos referimos a los datos de consumo de los hogares de Kantar, octubre de 2021 muestra una caída del 16% en términos de cantidades compradas en comparación con octubre de 2020". El sector también lamenta la falta de espacio reservado a las zanahorias en los estantes de las tiendas, a pesar de ser la segunda hortaliza más consumida en Francia.
Aumento de los costes a cargo del productor
A pesar de que los precios de los envíos han bajado hasta un 20% en comparación con las tres últimas campañas, los costes de producción han aumentado considerablemente: "Es una situación muy delicada para los productores. Los costes de producción han aumentado considerablemente en los últimos años. Este aumento se debe, en particular, al incremento de la mano de obra para compensar la reducción de los productos fitosanitarios autorizados para el control de las malas hierbas. También hay que tener en cuenta el aumento del precio de la energía, del transporte, del embalaje (para los que hasta la fecha, en vísperas de la ley AGEC, el sector no ha encontrado una alternativa a un precio equivalente) o los costes que representan las certificaciones en Francia para garantizar al consumidor un producto excepcional. Todos estos son costes que el productor soporta hoy, pero que algún día deberá repercutir en sus clientes en su precio de venta. En la actualidad, la reducción del precio pagado al productor no se traslada proporcionalmente a los consumidores".
Para más información:
Astrid Etèvenaux
DOP nacional Carottes de France
astrid.etevenaux@carottes-de-france.fr
www.carottes-de-france.fr