Tras superar las interrupciones de la cadena de suministro y de la mano de obra relacionadas con la COVID, se espera que la producción de naranja de Costa Rica se recupere hasta alcanzar las 300.000 toneladas en 2022, lo que hará que las exportaciones totales de zumo de naranja aumenten ligeramente hasta las 33.000 toneladas. A pesar de que se ha logrado mitigar los peores impactos del citrus greening, se espera que la enfermedad limite las perspectivas de crecimiento del sector costarricense a corto plazo.
Dentro de la superficie plantada de naranjas, los agricultores están aumentando gradualmente el número de árboles por hectárea mediante el patrón Flying Dragon, que permite una mayor densidad de árboles, una gestión más fácil de la explotación y que supone menores costes por hectárea. Esta innovación ha permitido a los agricultores aumentar considerablemente la densidad de árboles, pasando de los patrones tradicionales de 300 a 450 árboles/hectárea a 800 o 900 árboles/hectárea con el Flying Dragon.
El sector local estima la superficie plantada en unas 21.000 hectáreas y 7,4 millones de naranjos, incluyendo la superficie plantada en el lado nicaragüense de la frontera. Con informes de reducciones en la zona plantada de naranjas, pues la enfermedad del citrus greening afecta a los cálculos de rendimiento y rentabilidad, FAS/San José espera que la zona plantada se mantenga o disminuya ligeramente en 2022, ya que los efectos de la enfermedad persisten y los principales productores se concentran en las mejoras de las zonas de producción actuales a través de la replantación y las inversiones en riego.
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Fuente: apps.fas.usda.gov