Este año, la producción de uva de mesa es excelente en cantidad y calidad, pero la tendencia comercial sigue dando señales de dificultad, con una ralentización de los pedidos y una reducción de los ingresos de los agricultores debido al aumento de los costes.
Racimos de la variedad de uva de mesa Regal aún sin vender (Foto tomada el 12 de octubre de 2022)
La situación está afectando particularmente a los pequeños productores, que a menudo se ven obligados a dejar las uvas en los viñedos, puesto que los precios de venta son demasiado bajos.
Al respecto, un productor de la provincia de Bari llamado Lorenzo, con 10 hectáreas sembradas de uva de mesa, explica: "A la fecha, en una temporada normal, ya debería haber vendido casi el 90% de la producción. Este año, apenas he cosechado el 25%. Muchos productores tienen miedo de no salir ilesos económicamente de la actual campaña".
"Los precios en campo, para la mayoría de la uvas de calidad estándar, son de 0,30-0,35 €/kg, pero también bajan a 0,25 €/kg para los lotes que no convencen a los comerciantes. Con este nivel de precios no podemos cubrir los costes de producción, puesto que prácticamente todos los insumos se han encarecido: cubiertas, mallas antigranizo, energía y plaguicidas. Para nosotros, la agricultura es nuestro medio de sustento, no es un pasatiempo. Por otro lado, no podemos dejar los racimos sin vender en las plantas. Cada semana que pasa se suman los problemas y los gastos, pues nos vemos obligados a realizar intervenciones para mantener intactos los frutos".
"La actual campaña de uva de mesa ha empezado mal, esperamos que no siga peor. Esperamos que una vez más, como ya ha ocurrido en el pasado, la agricultura encuentre fuerzas para resistir y reaccionar ante el temporal que se avecina", concluye el empresario.
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