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"En su estado actual impide los avances esenciales para mantener la competitividad del entorno agrícola de la UE"

"Es imprescindible una revisión en Europa de la normativa vigente sobre la teconología CRISPR"

La Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), que agrupa a 84 sociedades científicas españolas y más de 40.000 investigadores, ha elaborado un informe en el que pide a Europa "de forma urgente" revisar la actual norma de Técnicas de Mejora Vegetal en la UE, en la que se equipara la tecnología CRISPR con los transgénicos y hace casi imposible su cultivo debido a las enormes trabas burocráticas.

"Es imprescindible una revisión de la normativa vigente, acorde a los desarrollos científicos de las últimas décadas, dado que en su estado actual impide los avances esenciales para mantener la competitividad del entorno agrícola y ganadero de la UE y del español en particular", exponen en el informe.

Los científicos esgrimen que esta legislación "está obsoleta" y que no lo dicen solo ellos, sino que lo ha reconocido recientemente el Tribunal de Justicia europeo en una sentencia en 2018, donde instaba a revisar la norma. Explican que la técnica está basada en un sistema de protección que naturalmente poseen las bacterias y arqueas por el que incorporan a una suerte de 'biblioteca interna' pequeños fragmentos del genoma de los virus que las atacan. Cuando un virus ya almacenado vuelve a hacer aparición, son capaces de 'cortar' el ADN vírico y evitar así la reinfección.

La tecnología CRISPR ya ha permitido, por ejemplo, crear en el laboratorio setas que permanecen más tiempo sin ennegrecerse, manzanas que no se pudren al caer al suelo o tomates que ayudan a controlar la hipertensión; todos gracias a la tecnología CRISPR pero ninguno cultivado en suelo Europeo; sin embargo, estos productos sí se pueden importar desde otros países, como Japón, Argentina o EE. UU., y pueden llegar a nuestros supermercados sin problema.

"Es preocupante que, puesto que muchas de las variedades editadas no se diferencian de las variantes naturales, Europa no podrá controlar su importación, lo que coloca al sector productor en clara desventaja frente al de países donde estas variedades sí están aprobadas", indican desde Cosce.

Un arma contra el cambio climático
Los cultivos que han aplicado esta tecnología han obtenido plantas más resistencias a insectos y microorganismos patógenos en prácticamente todos los cultivos extensivos, "lo que supondrá una importante reducción en el uso de pesticidas a nivel global", afirman desde Cosce. "Al mismo tiempo, se han obtenido variedades capaces de mantener su producción al ser expuestas a aguas salinas, temperaturas extremas, o condiciones de sequía y, por consiguiente, más tolerantes a cambio climático".

"La producción agrícola de nuestro país precisa adaptarse a estas mayores exigencias medioambientales y hacer frente a un cambio climático que afecta de modo especial al entorno mediterráneo. Para ello será imprescindible utilizar todos los recursos disponibles, incluyendo las técnicas de mejora genética más avanzadas", señalan.

 

Fuente: abc.es / cosce.org

Fecha de publicación: