Lograr el 30% de agricultura ecológica en Alemania para 2030: ese es el objetivo del gobierno alemán. Pero, ¿cómo se puede lograr este objetivo, dados los desafíos actuales y las crisis? ¿Cómo se pueden crear nuevas empresas de cultivo ecológico y preservar las antiguas y cómo se puede convencer a los consumidores de que los productos ecológicos son de excelente calidad? Expertos del mundo de la política, el comercio, la investigación, la horticultura y otros sectores se reunieron en el 6.º Foro de Productos Ecológicos, celebrado la semana pasada en la localidad de Visselhövede, para discutir estos temas. La discusión fue dirigida por Carolin Grieshop, directora del Centro de Competencia para la Agricultura Ecológica de Baja Sajonia (KÖN).
De izquierda a derecha: Prof.ª Nina Langen (directora del Instituto de Educación Profesional y Laboral de la Universidad Técnica de Berlín), Christoph Schäfer (agricultor y presidente de la Asociación de Productores de Patatas Ecológicas de Alemania), Hubert Heigl (director de la Federación Alemana de la Industria de Alimentos Ecológicos - BÖLW), Silvia Bender (secretaria de Estado del Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura), Carolin Grieshop (directora de KÖN), Marcus Wewer (responsable de Gestión de Calidad Ecológica del grupo REWE) y el Dr. Holger Hennis (vicepresidente de la Unión Agrícola Alemana - DBV).
Antes de la mesa redonda, la profesora Nina Langen, de la Universidad de Göttingen, dio una conferencia, señalando, entre otras cosas, que los consumidores, y los jóvenes en particular, prestan mucha atención a los aspectos del sabor, la seguridad alimentaria y el precio. Según ella, la expectativa de sabor influye en la percepción del sabor, ya que factores externos como el nombre y la forma (las formas redondas sabrían más dulces que las cuadradas) del producto juegan un papel importante. Cuando comen fuera de casa, los consumidores dan más importancia al nivel de frescura de los productos preparados y a la producción local que a la biodiversidad. Además, la mayoría de los consumidores no saben distinguir entre los diferentes aspectos de la sostenibilidad.
Educación y la teoría del empujoncito
Langen recomienda aplicar la teoría del empujoncito, motivando a los consumidores a comprar más productos ecológicos a través de un posicionamiento y una presentación mirados en el mercado y en los lineales. En los comedores se podrían ofrecer platos vegetarianos (ecológicos) como la opción estándar, y ofrecer carne solo a demanda. En otras palabras, la decisión previa de las entidades proveedoras empuja la decisión de los consumidores hacia los productos ecológicos. Que esto puede funcionar lo demuestra el concepto Copenhagen House of Food, cuya participación en la industria de la restauración en Dinamarca ya asciende al 90%. Berlín está llevando a cabo un proyecto similar basado en este modelo.
La mesa redonda
Desde un punto de vista hortícola, Christoph Schäfer señaló que no se debe olvidar a los productores. Bajo ninguna circunstancia se debe obligar a los productores a cambiar a la agricultura ecológica, pero la posibilidad de que lo hagan es mayor si las condiciones previas son las adecuadas y la compra de sus productos está garantizada. Le gusta hablar de "apoyo lateral de la política" y argumenta: "No deberíamos volver a la mentalidad de entregar productos sin más".
La secretaria de Estado, Silvia Bender, confirmó que el objetivo del 30% de agricultura ecológica no implicará medidas coercitivas, sino que la política creará las condiciones previas adecuadas para los productores. Esta es una tarea de todo el gobierno federal. Para ello, se debe impulsar con más fuerza el sector de la investigación y cerrar la brecha de rentabilidad entre los mercados ecológico y convencional. En este contexto, los mercados de ventas en la industria de la restauración deben abordarse en primer lugar. Además, se debe asegurar la compatibilidad de la agricultura ecológica con otras áreas, especialmente en lo que respecta a los objetivos de sostenibilidad.
El dr. Holger Hennies de la Unión Agrícola Alemana, destaca que el 90% de los problemas en el cultivo convencional también ocurren en la producción ecológica. Aumentar los volúmenes es una forma de incidir en la formación de precios para que los consumidores compren los productos. En este sentido, las nuevas directivas de la UE son un desafío, de acuerdo con Hennies. Hubert Heigl, de BÖLW, está seguro de que el cultivo ecológico no dará los mismos rendimientos que el cultivo convencional, aunque ese tampoco es el objetivo principal. Debería haber más incentivos para la compra de alimentos ecológicos. Heigl propone una reducción del IVA.
Según Marcus Wewer, de REWE Group, los retailers están pensando mucho en el objetivo del 30% de agricultura ecológica. El sector hortofrutícola, por ejemplo, ya avanza claramente hacia este objetivo. Para otros productos, como los snacks, la implementación es mucho más difícil. Wewer ve positiva la participación de los retailers en los días de campo ecológicos, ya que indica su compromiso con la producción bío de cara a los productores y los consumidores. Wewer aclaró además que la Asociación Federal del Comercio Alemán de Alimentos (BVLH) apoya incondicionalmente el objetivo del 30%.
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