Almería es ciertamente famosa por sus productos hortofrutícolas; pero también es tierra de granadas, como explica Andrés Parra, de la empresa BPZ Comercial Agrícola, situada en Huércal-Overa, que hace algo más de una década apostó por esta fruta tradicional en la provincia, y que ha experimentado un boom en los últimos años.
“Tradicionalmente, siempre ha habido granados en el bancal de quien tenía huertas. Nosotros hicimos una prueba para complementar el trabajo del almacén, de Agrolevante, puesto que principalmente tenemos cítricos y fruta de hueso. En esta época del año no teníamos producto y pensamos en el granado como alternativa”.
“Toda nuestra producción está certificada como agricultura ecológica, con lo que cuidamos la biodiversidad, sostenibilidad del medio y la no erosión del terreno. Es sorprendente cómo ha aumentado el número de aves silvestres y pájaros que casi habían desaparecido. Es verdad que no compensa económicamente, porque debía de haber más diferencial entre el precio del cultivo tradicional y del ecológico de lo que recibimos los agricultores, para que fuera rentable por los gastos extra de mano de obra y pérdida de kilos que tenemos, pero esperamos que esto cambie cuando el consumidor se dé cuenta de que colabora con la mejora del medio ambiente comprando productos ecológicos y producto nacional de temporada”.
BPZ Comercial Agrícola suele producir en torno a doscientos mil kilos de granadas y en la empresa esperan que este año suban los precios puesto que los factores geopolíticos y las subidas de los insumos han provocado menos hectáreas plantadas en toda la comarca del Almanzora.
“La granada no es un producto de gran consumo todavía, quizás porque la creemos difícil de pelar, pero no lo es y tiene propiedades saludables muy importantes, conocidas y divulgadas por científicos y personas acreditadas de la salud. No hay mejor desayuno o merienda que una buena granada”.
A las granadas de BPZ les sucederán las mandarinas y las naranjas, en esta campaña en la que, por desgracia, el agua es el gran ausente. “Tenemos una escasez tremenda, un racionamiento por hectáreas que resulta insuficiente para los cultivos. Aquí dependemos del Negratín y del Tajo-Segura, que están cortados, la desaladora de Villaricos sin funcionar... Un desastre. Necesitamos agua, si no vamos a ser deficientes. Hay muchos cultivos que se han instalado y vamos camino del desastre como no llueva”.
Fuente: diariodealmeria.es