Cindy van Rijswick, especialista en productos frescos de Rabobank, prevé que los elevados precios del gas hagan que la producción de los invernaderos holandeses sea mucho menor este invierno. "La cuestión, por supuesto, es qué países llenarán esa brecha. Los Países Bajos tendrán en cuenta, en primer lugar, a España, Marruecos y quizás Turquía. Así que la tendencia de proximidad se verá presionada durante un tiempo", comienza diciendo.
Pero, ¿reservarán esos países ese hueco de forma efectiva?, se pregunta la especialista en mercados. Es probable que Marruecos se concentre en el mercado británico. Además, el país y Turquía se enfrentan (en teoría) a los contingentes, mientras que en España no se ha producido ninguna ampliación de la superficie. "Hay cambios de cultivo, por ejemplo, de calabacín a tomate, pero no hay nuevas grandes parcelas. Puede que los invernaderos del sur de Europa no tengan calefacción, pero incluso allí temen no poder repercutir en los clientes el aumento de los costes, por ejemplo, de transporte y fertilizantes. También se enfrentan a la escasez de mano de obra y al aumento de los salarios mínimos, como en los Países Bajos. Pero la inminente escasez de agua es la principal razón de esa reticencia a ampliar la superficie. Eso podría convertirse en un gran problema en el sur de Europa".
Menos oferta, pero también menos demanda
Sin embargo, Cindy no está segura de que vaya a haber una escasez de oferta tan masiva. "La gente probablemente comprará menos. Pasarán por alto, sobre todo, las frutas y hortalizas más caras. Los productos comunes, como las manzanas, suelen ser más baratos y estar ampliamente disponibles, y podrían funcionar en una recuperación. Las especialidades lo tendrán más difícil. No creo que los precios se dupliquen de inmediato por la escasez", afirma.
En la UE, la confianza de los consumidores está en su punto más bajo. Hace unos meses bajó, pero era menos evidente porque mucha gente estaba en modo vacaciones y quería vivir un poco después de la pandemia. "Ahora, hay más gente que compra en tiendas de descuento, que adquiere productos más baratos y busca ofertas. Los productores locales, cuyos productos suelen ser algo más caros, ya están notando las consecuencias".
Los precios de los productos suben, pero no lo suficiente
"La fruta es un poco más cara, aproximadamente un 5,6% (eso incluye los precios de la fruta en conserva y congelada, que subieron más que los de la fruta fresca). En comparación con otros grupos de productos, no está tan mal. Los precios de las hortalizas, la carne y otros productos alimenticios aumentaron de forma más drástica. En septiembre, los precios medios de los alimentos subieron casi un 13% respecto al año pasado. Dado el aumento de costes de la cadena, los precios de la fruta no subieron lo suficiente. Las manzanas, por ejemplo, apenas se encarecieron. Deberían haberlo hecho, teniendo en cuenta los costes de refrigeración. Los productores polacos han dejado muchas manzanas colgadas en los árboles para ahorrar en refrigeración. Por tanto, creo que, en general, habrá mucha fruta de pepita disponible", explica Cindy.
Evidentemente, las empresas no pueden recurrir a una fuente de energía más barata de la noche a la mañana. "Hay bastantes proyectos geotérmicos en marcha, pero son proyectos a largo plazo. Hay que conseguir todos los permisos necesarios y hacer perforaciones exploratorias. Y si varias empresas abandonan o ralentizan su actividad, se retrasan esos proyectos. Este tipo de iniciativas solo son rentables si un grupo de invernaderos, o una empresa de tamaño considerable, gestiona la fuente de calor geotérmica", agrega Cindy. Para este tipo de proyectos se necesitan colectivamente más de 100 hectáreas.
La debilidad del euro apenas beneficia al sector hortofrutícola holandés
Ni siquiera el debilitamiento del euro frente al dólar supone un alivio para los productores holandeses de invernadero, agobiados por los altos costes de cultivo. "Los Países Bajos solían enviar volúmenes considerables de pimientos a Estados Unidos y Canadá. Pero desde que los precios de los fletes aéreos alcanzaron su pico, ya no envían casi nada. La debilidad del euro solo beneficia a quien exporta fuera de la UE productos que cotizan en dólares. Hay algunas perspectivas para las exportaciones de patatas fritas, patatas de siembra, cebollas y bulbos. Pero la situación del tipo de cambio no beneficia a productos como las hortalizas de invernadero. Sin embargo, la subida del dólar afectará a los Países Bajos como importador de frutas (tropicales). Las bananas, por ejemplo, siempre se negocian en dólares. Así que, teniendo en cuenta el aumento de los costes y la cuestión de la moneda, creo que la fruta alcanzará precios más altos en las tiendas".
Los salarios mínimos aumentan en todas partes
Hay un factor que las fuerzas del mercado no determinan directamente: el aumento del salario mínimo, que está sujeto a las negociaciones políticas. En los Países Bajos, aumentará un 10,15% el 1 de enero de 2023. "Por supuesto, es otro coste que las empresas tendrán que repercutir en el precio final de los productos. Pero debo añadir que es bueno que los empleados peor pagados puedan esperar una mejora salarial. Esos trabajos mal pagados son vitales. Además, es precisamente ahí donde el mercado laboral tiene problemas. Por otro lado, unos salarios mínimos más altos también garantizan una mayor igualdad", expresa Van Rijswick. Holanda no es el único país europeo que subirá su salario mínimo en 2023; Alemania ya ha aplicado una subida de nada menos que el 22%, y Polonia y España, entre otros, también tienen previsto un aumento a partir del 1 de enero de 2023.
La agricultura sobrevive, pero la horticultura y el cultivo ornamental sucumben
"Estos aumentos de costes están afectando duramente al sector holandés de la horticultura alimentaria, pero el cultivo ornamental lo está pasando aún peor. En cambio, la agricultura tiene unos márgenes bastante buenos en todo el mundo, y los productores de cereales de países como Holanda tendrán un buen año. Además, los precios de la patata son tales que los productores pueden compensar el aumento de los costes de los insumos. Aunque, por supuesto, hay retos, como la nueva normativa sobre nitratos".
Pero, para los productores de invernaderos, 2023 será una cuestión de supervivencia. "Algunos ya están en una situación desesperada. Y si se cosecha menos producto, los centros de envasado tampoco funcionarán a pleno rendimiento y tendrán menos facturación. Va a ser un año difícil para casi todos, incluidas las empresas comerciales. Aun así, muchas empresas están en mejor forma que durante la crisis financiera de hace unos 15 años. En general, están menos endeudadas. Los productores de plantas ornamentales se llevan la peor parte porque necesitan climatizar sus cultivos durante todo el año. Además, no pueden almacenar sus productos. Para los productores de rosas, por ejemplo, el pico es el día de San Valentín, la época más fría del año. Y la mayoría de los productores tienen que firmar actualmente nuevos contratos de gas menos beneficiosos", explica Cindy.
Los robots añadirán valor
Por último, se refiere a la posibilidad de utilizar robots para paliar la escasez de mano de obra. "Todo el mundo espera que pronto haya robots asequibles y eficientes para su uso en invernaderos o plantaciones, y que alivien el problema de la escasez de mano de obra. No cabe duda de que hay algunos proyectos prometedores en marcha, pero son pocos y distantes entre sí. Actualmente, solo un puñado de holandeses utilizan robots. Sin embargo, las cosas están avanzando. Hoy en día, la gente parece adoptar un enfoque mucho más pragmático".
Aunque Cindy no prevé que los robots cosechadores sustituyan a los humanos antes de 2025, es posible que esta tecnología pueda realizar pronto otras tareas, como la administración de productos fitosanitarios y la supervisión de los cultivos. "Por tanto, los robots no añadirán inmediatamente un verdadero valor en una función de sustitución de la mano de obra, pero sí lo harán en su capacidad de superar a los humanos en tareas muy específicas. Pensemos en la cosecha de productos según las características específicas del cliente o en el reconocimiento oportuno de enfermedades en un cultivo", concluye la especialista en productos frescos de Rabobank.
Para más información:
Cindy van Rijswick
Rabobank
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