Una gran parte de Moldavia sufrió el miércoles un apagón, después de que Rusia bombardeara infraestructuras eléctricas en toda Ucrania. Según Tatiana Burca, de Moldova Agro, el impacto en los almacenes y las líneas de clasificación fue mínimo: "El apagón duró entre tres y seis horas y el efecto fue sobre todo psicológico, ya que estábamos a oscuras y la gente temía por sus hijos. Pero la cosecha se ha completado y los almacenes y las líneas de clasificación han sufrido un retraso mínimo, nada que afecte gravemente a las operaciones".
Burca explica que ni siquiera para las cámaras frigoríficas el corte de electricidad no supuso grandes problemas. "Cuando el corte de energía dura solo unas horas, las temperaturas no suben hasta el punto de dañar el producto. Una vez que se restableció el suministro eléctrico, las operaciones se reanudaron con normalidad", concluye.
Iurie Fala, director ejecutivo de Moldova Fruct, añade que la energía será más cara como resultado: "Algunos de los almacenes de envasado pudieron seguir teniendo energía gracias a los generadores de gasóleo. Sin embargo, no todos los almacenes tenían esta posibilidad. Pero, tampoco he oído nada de nuestros miembros en cuanto a daños. Lo importante es el hecho de que los precios de la energía se están disparando. Ucrania ya no puede ofrecernos su propia energía, así que hay que importarla de Rumanía a precios muy altos. Esperamos que la situación se resuelva pronto, ya que esto afectará a los exportadores de productos de Moldavia".
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Tatiana Burca
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