Muchas son las variedades existentes de manzanas, pero no todas cuentan con su propia fiesta, como es el caso de la manzana Esperiega que se cultiva en el Rincón de Ademuz.
La también llamada “manzana helada" se cultiva en municipios de esta comarca valenciana que superan los 1.000 metros sobre el nivel del mar, en la vega de los ríos Túria y Bohílgues, en unas condiciones climáticas que le proporcionan a la manzana Esperiega su alto nivel de azúcar característico que cristaliza por dentro dándole la sensación de ser una "manzana congelada o helada".
"Es una variedad autóctona y antigua. Solo los agricultores de la zona la conocen bien, que la cosechan en campos pequeños", asegura Vicent Blay, agroecólogo experto en esta manzana. Durante años se está intentando su recuperación, pero la vejez de la población que la cultiva "la deja en un segundo plano y con pocas ganas de innovación", continua Blay, que anima a trabajar más en el proyecto de esta manzana, para convertirla en un aliciente turístico del Rincón de Ademuz. También es un cultivo ecológico y más resistente a las plagas comparado con otras, destaca.
Fuente: levante-emv.com