"Después de unos años tensos, estamos, una vez más, en condiciones de colocar nuestros productos en el mapa mundial", afirma Steven De Cuyper, director de la división Agro de Agristo, que produce y comercializa productos de patata congelados en todo el mundo. En su opinión, la demanda mundial de estos productos sigue siendo alta. "La necesidad de productos de conveniencia sigue aumentando, al igual que la demanda de patatas fritas congeladas".
Steven De Cuyper, director de la división Agro de Agristo
Sobre todo Latinoamérica y Asia son mercados en crecimiento con oportunidades, algo que Steven cree que continuará durante algún tiempo. "También hay oportunidades en Europa, pero históricamente Países Bajos y Bélgica siguen a la cabeza en cuanto a tecnología, por el conocimiento de sus productores sobre las patatas y su suelo. Eso siempre ha sido una ventaja considerable", afirma. El rendimiento es otra ventaja. "Los rendimientos locales no se han alcanzado todavía en ningún otro lugar del mundo".
Sin embargo, hay algunos cambios, y en el futuro espera que se desarrolle algún tipo de equilibrio entre las distintas zonas de producción. "El aumento de la escala y las influencias políticas están limitando las oportunidades de expansión de la superficie en Europa occidental. Eso podría mejorar las posibilidades de otras zonas del mundo", espera. Sobre todo si se tienen en cuenta también los elevados precios de la energía. "Están provocando actualmente una evolución en Europa. Esos precios suben mucho menos y son menos volátiles en otros lugares, lo que no favorece nuestra antigua ventaja competitiva".
Demanda de conveniencia cada vez mayor
Steven señala que estos elevados precios influyen sin duda en la producción de productos de patata congelados. "Se trata de un proceso que consume mucha energía y en el que tenemos que centrarnos en la eficiencia y las fuentes de energía alternativas", explica. Como los precios están subiendo, Agristo aún no ha notado un retraso en la demanda. "No se trata específicamente de las patatas; hay una alta inflación general. Aún no sabemos cómo afectará eso al comportamiento de compra. A nuestras patatas fritas congeladas, sin embargo, les suele ir bien en tiempos de crisis".
También hay una demanda mundial cada vez mayor de productos precocinados. "Eso también impulsa la demanda de nuestros productos", afirma Steven. Otra cosa que impulsa la demanda son las técnicas de horneado más sanas. "Se han producido cambios hacia las freidoras de aire y las patatas fritas al horno". Además, la pandemia impulsó la comida para llevar, así como las entregas a domicilio. "De momento, esa tendencia continúa. Seguimos esa evolución, que nos ofrece nuevas oportunidades de mercado de ventas", confirma.
Cultivos difíciles
A pesar de estos buenos puntos de partida en el sector, Steven también ve retos, especialmente en el cultivo. Los productores se enfrentan continuamente a limitaciones como el cambio climático. "El año pasado fue extraordinario. Empezó bien, pero la sequía empezó en serio en junio y duró bastante. Teniendo en cuenta cómo terminó la temporada, las lluvias de su final ayudaron a cambiar las cosas de forma significativa, aunque hay grandes diferencias según la zona. Aun así, el cambio climático significa que este cultivo será cada vez más difícil en los próximos años".
El experto señala otro punto central: el desarrollo en torno a la legislación sobre nitratos y los planes de fertilización, que ocupan un lugar destacado en la agenda política. "¿Conducirá esto a una menor superficie disponible? ¿Cómo afectará a los rendimientos medios? Son preguntas que siguen abiertas", comparte. En este sentido, Agristo se alegra de que la calidad del agua vaya a mejorar y apoya con entusiasmo este objetivo, pero también pide que se haga en su contexto y con un enfoque a más largo plazo. "Como todos los agentes del sector agrario, debemos aunar esfuerzos y avanzar con el objetivo común de poner de relieve la mejora de la calidad del agua".
La dirección correcta
Steven admite que trabajar en condiciones meteorológicas variables dificulta alcanzar los objetivos. "En general, debemos avanzar en la dirección correcta a largo plazo y perseguir la mejora de la calidad. Pero eso puede significar un bajón si hace mal tiempo durante una temporada. Así son las cosas. Pero quizá al año siguiente puedas dar dos pasos adelante. Siempre que se siga avanzando en general", considera.
Steven cree que los métodos de cultivo innovadores podrían desempeñar un papel en este proceso. "Tenemos que encontrar formas de combinar buenas prácticas agrícolas y herramientas y técnicas de cultivo innovadoras". Cita como ejemplo la agricultura de precisión, con la que los productores pueden hacer cosas como desplegar drones para llevar la aplicación de nitrógeno, la fertilización y el uso de protección de cultivos al siguiente nivel. "Tenemos que apostar de verdad por estos métodos de vanguardia e incorporarlos a un plan de futuro en el que, dentro de diez años, sigamos aspirando a mejoras notables y a hacer las cosas de forma diferente", concluye.
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