Hace unas dos semanas se cosecharon los últimos tomates de la temporada de este año en el invernadero de Naturland de la familia Naderer. "Con los pepinos, tuvimos que parar un poco antes de lo habitual por varios motivos, pero con los tomates, el final fue comparable al de años anteriores. En general, los rendimientos de ambos cultivos han sido mejores que los del año pasado, ya que las condiciones meteorológicas, especialmente en lo que respecta a las horas de sol, han sido más adecuadas este año", afirma el productor ecológico de Kirchdorf an der Amper, en Baviera.
"Empezamos con precios bastante buenos. Luego, en Pentecostés, se redujo la demanda, sobre todo de pepinos, lo que generó un vacío comercial. Durante las vacaciones de verano, los tomates registraron una caída similar", dice Naderer. "Por supuesto, también nos están afectando los aumentos de costes, tanto los del suministro de materiales como los costes laborales. Mientras tanto, nuestros precios se han mantenido y han tendido a bajar de cara a la segunda mitad de la temporada". Hasta ahora, el productor ecológico ha estado soportando bien los precios de la energía, en parte porque el calor residual de la planta de biogás se utiliza para calentar los invernaderos, y el precio de la calefacción no está subiendo demasiado.
Izquierda: los últimos tomates de la temporada de este año, poco antes de la cosecha. Derecha: Anton Naderer en su invernadero
Crecimiento de los tomates en rama y caída en la demanda de tomates cóctel
La gama de productos que ofrece el vivero ecológico se ha mantenido más o menos sin cambios en los últimos años, prosigue Naderer. "Producimos pepinos normales y minipepinos. Nuestro surtido de tomates incluye tomates en rama, cóctel, corazón de buey y San Marzano. En la última fase de la temporada, en particular, hemos observado que las tendencias favorecen a los tomates en rama por encima de los tomates cóctel, que resultan más caros. Además, observamos que se mantienen estables las ventas en el retail, mientras que los consumidores gastan menos dinero en el comercio minorista de alimentación natural. En este último sector se ha reducido la cantidad comprada per cápita, y esto incluye las verduras".
Una vez terminó la temporada de hortalizas, parte del invernadero se plantó con lechugas de las variedades Hoja de Roble y Batavia. Las verduras de hoja suelen cosecharse entre finales de enero y mediados de marzo, añade Naderer. "En enero y febrero, en particular, se ha registrado una buena demanda en los últimos años, lo cual es también resultado de las heladas y la consiguiente pérdida de cosechas en Italia/España. Luego, en marzo, el mercado de la lechuga suele ser un poco más competitivo, ya que entonces llega al mercado la lechuga procedente de cámaras frigoríficas".
Minipepinos (izda.) y pepinos cultivados por Naturland.
A pesar del aumento generalizado de los costes y la contención del consumo, el horticultor se muestra cautelosamente optimista de cara al futuro. "Aún tenemos que recuperar el nivel de ventas anterior a la pandemia. Por ahora, el gran boom ya ha pasado. Debido a la adversidad, de momento no tengo previsto ampliar la gama de productos ni la capacidad".
Fotos: Gemüsebau Naderer e.K.
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Anton Naderer
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