Los tomates en los invernaderos del productor polaco Citronex están empezando a adquirir color, aunque no el tono rosado habitual. Este año, la empresa ha decidido cultivar también tomates en rama tradicionales. "Debido a la situación actual en la UE, decidimos explorar el mercado de Europa occidental", dice Grzegorz Karolczak, director comercial.
En total, Citronex/PPO Siechnice explota 77 hectáreas de invernaderos de tomate. Veinte hectáreas están ocupadas ahora por tomates Provine. "Hasta ahora, nos centrábamos principalmente en el mercado polaco y cultivábamos tomates rosas. Teniendo en cuenta los costes de la electricidad y la situación del mercado holandés en invierno, estamos estudiando la posibilidad de exportar más a Europa occidental. Por eso decidimos cultivar tomates en rama, que son populares en esos mercados".
Los tomates rosa frambuesa cultivados en los invernaderos de Citronex son un producto de primera calidad en el mercado polaco. "Con todo lo que ha pasado y está pasando, queríamos distribuir el riesgo", explica Grzegorz.
Crisis energética
Los precios de la energía en Polonia se han establecido en torno a los 1.000 eslotis, lo que equivale más o menos a 225 euros por megavatio; el doble de caros que el año pasado. "Nuestros invernaderos están conectados a centrales eléctricas. Organizamos nuestra infraestructura y tratamos de trabajar de manera eficiente, sin intermediarios, lo que nos permite mantener los costes al nivel más bajo posible. A pesar de ello, dichos costes también subieron en comparación con el año pasado, aunque no tanto como los de la electricidad.
Toda la superficie de 77 hectáreas está equipada con luz artificial para poder producir durante todo el año. Para paliar los altos precios de la energía, la empresa reemplazó sus lámparas HPS por ledes. "Tenemos que controlar nuestros costes incluso más que el año pasado; ya no hay margen para cometer errores. En lo que respecta al consumo de energía, los presupuestos cambian cada segundo, y el precio es horroroso. Estudiamos bien qué lámparas utilizar y las apagamos en función de las fluctuaciones de precios y las necesidades del cultivo. Por ejemplo, utilizamos nuestras lámparas HPS en el borde del invernadero para que las primeras filas reciban más calor, y utilizamos las lámparas HPS para controlar el clima y vaporizar la humedad. Tiene sentido combinar HPS con led, pero hay que llevar bien las cuentas cada vez que se encienden".
Precios energéticos y salario mínimo
Los precios de la energía no son lo único que está haciendo necesario mirar con lupa los gastos. El salario mínimo en Polonia ha subido, y subirá aún más cuando llegue 2023. "En nuestros invernaderos de tomates tenemos sobre todo trabajadores ucranianos. La subida del salario mínimo es muy buena, aunque también genera costes adicionales para los productores. Con las primas por eficiencia, nos aseguramos de que todos los trabajadores se vean recompensados también por los frutos de su trabajo".
También hay costes adicionales para mantener los invernaderos libres de virus. El ToBRFV supone un reto para los cultivadores de toda Europa, pero también de todo el mundo. Mediante estrictas precauciones, Citronex persigue mantener sus invernaderos libres del virus rugoso, ya que la empresa ha visto lo devastador que puede ser. "Lavamos la ropa, desinfectamos las cajas y no permitimos reuniones de gente que viene de distintos invernaderos. Solo se permiten visitas a quienes no han estado en otros invernaderos recientemente".
La combinación de todo esto ha encarecido los costes del cultivo de tomates, y por eso Citronex decidió poner la mirada en el extranjero. En ese sentido, sus tomates en rama están resultando útiles. Actualmente, la mayoría de los tomates en rama van a parar a minoristas alemanes, pero los minoristas holandeses también han mostrado interés. "Recogemos unos 15 camiones semanales, y la mayoría de estos tomates se venden a través de minoristas alemanes como Lidl y Rewe".
En el futuro, Grzegorz también ve oportunidades en la exportación de tomates rosas, aunque en los dos últimos años ha resultado difícil establecer una marca para este producto, y también hay una cierta falta de interés por parte de los minoristas de Europa occidental en introducir tomates nuevos. "Sabemos que podemos cultivar un producto de primera calidad, con un gran sabor y una calidad constante, y establecer una marca de primera calidad, con envases y materiales de promoción que contribuyan a distinguirlo de cara al consumidor. Trabajar con un socio minorista sería el siguiente paso".
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