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Un nuevo impulso al cultivo de frambuesa en Chile

Históricamente, Chile ha sido un gran productor y exportador de frambuesas; en sus inicios, de fruta fresca exportada en forma aérea en contraestación a Estados Unidos. Posteriormente, debido al aumento del costo del transporte y al ingreso de otros países más cercanos, el destino de la frambuesa de Chile se orientó hacia el mercado de exportación del congelado (producto IQF). De hecho, se estimó que la superficie chilena de frambuesa alcanzó las 12.000 ha en el momento de mayor desarrollo del cultivo (2007), llegando a ser el tercer país exportador a nivel mundial.

En los últimos años, la superficie plantada ha disminuido debido principalmente a la pérdida de competitividad por los bajos rendimientos de la principal variedad utilizada, la variedad Heritage, y la escasez de mano de obra, principales causas del decaimiento del cultivo. Sin embargo, en las últimas dos temporadas se ha producido un nuevo impulso, gracias a un mejoramiento de los precios y a la incorporación de nuevas tecnologías. Hoy se estima que la superficie es de aproximadamente 5.000 ha y que se encuentra en fase de expansión.

En el 2009, el Consorcio Tecnológico de la Industria Frutícola, en conjunto a la Universidad Católica de Chile, iniciaron un programa público-privado de mejoramiento genético, con el objetivo de obtener nuevas y mejores variedades de frambuesa. La idea era proporcionar a la industria alternativas varietales para reemplazar a Heritage, que presentaran mayor potencial productivo y con buenas características de calidad de fruta. En este contexto, se obtuvieron tres primeras variedades: Santa Clara, Santa Catalina y Santa Teresa.

Estas variedades son del tipo remontantes, muy productivas, y hoy se están utilizando en una gran diversidad de ambientes. Desde La Serena (zona norte) hasta la zona de la Patagonia en la Región de Aysén, ambas localidades a una distancia de más de 2.000 km de distancia en dirección norte-sur. Se han adaptado a cultivos de pequeñas superficies de agricultura familiar, pero también se están usando en plantaciones más extensas de hasta 30 a 40 ha, en las cuales se utiliza la cosecha mecanizada. 

El programa ha avanzado en los últimos años, y se han incorporado nuevos desafíos. En esta segunda etapa del programa, se han desarrollado protocolos de selección que buscan discriminar de forma eficiente características de tolerancia a estrés biótico y abiótico. Los principales focos han sido la tolerancia a Phytopthora y a Tetranichus urticae, y tolerancia a condiciones de estrés hídrico y altas temperaturas. De esta forma, recientemente se han liberado cuatro nuevas selecciones del grupo "Santas" que se encuentran en proceso de registro varietal, las cuales serán incorporadas al mercado tanto nacional como internacional en los próximos meses 

Gracias a las variedades Made in Chile del programa nacional y otras variedades introducidas desde programas extranjeros, junto con un mejoramiento de las técnicas de cultivo y la modernización de la cosecha mecanizada, se espera que Chile vuelva a tener un liderazgo en la producción de frambuesas a nivel mundial. 

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