Durante el pasado mes de enero, y según datos compartidos por la Red de Alerta Rápida para los Productos Alimenticios y Piensos (RASFF), Europa detectó quince partidas de cítricos que contenían sustancias químicas ilegales. La inmensa mayoría de las detecciones correspondieron a clorpirifos (o clorpirifos-metilo), cuyo uso fue prohibido en la UE en 2020 por su toxicidad, aunque también se detectaron plaguicidas prohibidos como el dimetoato o el buprofezin. Es decir, cada dos días se detecta una partida de naranjas, mandarinas y limones con restos de sustancias ilícitas y eso que, como señalan desde la Unió Llauradora i Ramadera, solo se comprueban 2 o 3 de cada 10 frutas que llegan de terceros países.
De las 15 partidas de cítricos en las que se han detectado plaguicidas ilegales, 9 procedían de Turquía, mientras que el origen de otras 4 fue Egipto.
Ambos países acumulan numerosas notificaciones en la RASFF por la entrada de productos hortofrutícolas con materias activas no autorizadas o por superar los LMR. Como comunicaba la Unió Llauradora hace tan solo unas semanas, durante el periodo 2020-2022 el número de alertas de Turquía y Egipto ascendió a un total 1.189.
Fuente: elperiodicomediterraneo.com