La campaña española de la granada llega a su fin, en un año en el que en la mayor zona de producción española, Alicante, se ha registrado un descenso sensible de los volúmenes producidos por las lluvias de la primavera y por el impacto de las temperaturas de un verano inusualmente cálido.
“Afortunadamente, en Fruitum hemos tenido una cosecha bastante en línea con otros años, aunque ha habido una bajada generalizada en las plantaciones de la región. La calidad de la fruta ha sido muy buena, pero a nivel de comercialización para nosotros ha habido dos campañas”, comenta José Manuel Riquelme, de Fruitum. “La primera parte, hasta noviembre, fue bastante bien, pero a partir de finales de ese mes, se ralentizaron un poco las ventas. El consumo bajó en Europa de manera generalizada y, exceptuando algunas promociones puntuales en supermercados, se notó esa ralentización sobre todo en los mercados tradicionales”.
“En Fruitum producimos tanto la variedad Mollar de Elche como variedades rojas tipo Acco, Wonderful o Smith, que normalmente se destinan a la exportación. Los supermercados europeos, por lo general, están acostumbrados a las variedades de granada de coloración fuerte importadas de Turquía o de Perú; no priman el dulzor o la acidez, sino que la fruta sea roja tanto por fuera como por dentro, y tienden a querer seguir las campañas de importación con esas variedades”.
“La ventana de la campaña española va de finales de agosto a febrero. Las primeras granadas que se recolectan a mediados de agosto son las de la variedad Smith, pero en ese momento el inicio de la campaña española se superpone con el final de la peruana, cuando aún hay mucha fruta de tipo Wonderful de Perú en el mercado; sobre todo en Holanda, y los supermercados tienden a alargar la campaña de ultramar impactando al arranque de la fruta española. La comercialización de la granada Mollar va desde octubre a diciembre/enero, aunque en este periodo el mercado europeo sigue queriendo variedades rojas y vemos que la Mollar les cuesta un poco”.
No obstante, es importante recordar que la granada Mollar de Elche cuenta con una distinción de calidad diferencial reconocida en la Unión Europea a través de su Denominación de Origen Protegida. De hecho la fruta madura, con una delicada coloración externa que va del amarillo crema al rojo, se caracteriza por su equilibrio entre acidez y azúcares, que adquieren un valor mínimo de 14 grados Brix, como detalla el propio Consejo Regulador de la DOP.
”Egipto también es un competidor fuerte del entorno mediterráneo al principio de la campaña española, y Turquía en la parte final. Hay que reconocer que ambos países cultivan buenas granadas; tienen climas muy buenos para producirlas y allí no son pequeños productores los que las cultivan, sino grandes –casi multinacionales–, y hacen un buen trabajo”.
“Sin embargo, fallan en cuanto al empleo de fitosanitarios y en el límite de residuos en la fruta”, señala José Manuel Riquelme. Y es que, consultando la lista de alertas que comparte públicamente la Comisión Europea a través de la RASFF, se puede comprobar el amplio número de avisos que acumulan las importaciones hortofrutícolas de ambos países. Solo en lo que va del mes de febrero –con datos hasta el día 15– se contabilizan más de 20 notificaciones por parte de diferentes países comunitarios relacionadas con partidas de frutas y hortalizas turcas y egipcias. “No sé si esto ocurre porque puedan tener una mayor presión de plagas o porque sus legislaciones son más suaves al respecto, pero ya hay supermercados que no quieren trabajar estos orígenes por esos problemas de residuos”, comparte José Manuel Riquelme.
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