Los citricultores egipcios continuarán su campaña de exportación con los programas de naranja Valencia, en un contexto de cambio climático que le está causando problemas al resto del mundo pero que resulta favorable para los cítricos egipcios.
"El cambio climático ha afectado a todo el mundo y a todos los cultivos, pero su efecto en los cítricos de Egipto ha sido favorable. No solo han aumentado la calidad y los rendimientos, sino también la temporada, que durará hasta agosto", dice Mahmoud Esawy, de la productora y exportadora Al Wessam.
La principal desventaja de la que hablan los productores egipcios es que las condiciones meteorológicas han provocado una abundancia de calibres pequeños en detrimento de las frutas de tamaño grande. Mahmoud explica: "En sí misma, no es una desventaja, sino más bien un regalo divino. Los calibres grandes tienen demanda en algunos mercados, pero otros prefieren calibres más pequeños, como la India y África. La abundancia de calibres pequeños y medianos nos permitirá hacer más negocios en los mercados que los quieren".
Esta configuración ha favorecido la competitividad de los productores egipcios, añade Mahmoud. "La competencia continúa a nuestro favor con los programas de Valencia, en términos de calidad, pero también de precio. Tan solo los precios de los calibres grandes se han elevado debido a que escasean, pero, para los calibres pequeños y medianos, nuestros precios se mantienen estables pese a la inflación mundial. La proximidad geográfica de Egipto a todos los mercados también nos permite tener tiempos de entrega más cortos y buena calidad a la llegada".
Actualmente, la demanda de la Valencia egipcia se ha visto impulsada por la celebración del Ramadán, según Mahmoud. "La demanda de naranjas Valencia sube durante el Ramadán en los países musulmanes, pues el consumo de zumo de naranja crece notablemente en esta época. La ola de calor en algunos países africanos y asiáticos favorece el consumo de zumo de naranja y la variedad Valencia es adecuada para este modo de consumo".
Además de la demanda de los países musulmanes durante el Ramadán (que este año cae de mediados de marzo a mediados de abril), también hay una estupenda demanda de Valencia en Rusia, la India y los mercados africanos, indica Mahmoud. "La demanda del mercado malasio no es la que debería y esperamos que se recupere pronto", concluye el productor.
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Mahmoud Esawy
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