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El aguacate mexicano y su encrucijada con el crimen organizado

En Michoacán, México, la industria del aguacate, conocida por su lucrativo mercado como el "oro verde", enfrenta una paradoja que va más allá de lo agrícola para adentrarse en las sombras del crimen organizado. Un reciente informe titulado "Violento y próspero: el auge del aguacate en México y su relación con el crimen organizado", de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, pone de relieve la compleja relación entre la expansión de esta industria y las actividades delictivas. Este análisis detallado no solo proporciona cifras y datos, sino que también relata las experiencias humanas detrás de este fenómeno.

Michoacán, reconocido como la capital mundial del aguacate, se ha visto envuelto en una situación donde la creciente demanda de mercados internacionales como Estados Unidos y la Unión Europea ha impulsado una expansión industrial sin precedentes. Sin embargo, este auge ha venido acompañado de serios problemas ambientales como la deforestación y la pérdida de biodiversidad, así como un incremento alarmante en la violencia e inseguridad, alimentados por el crimen organizado. Estas problemáticas no son meramente subproductos de un sistema de libre mercado, sino indicadores de una crisis social y ambiental más profunda que demanda una respuesta multidimensional.

El informe critica cómo los acuerdos de libre comercio han priorizado la expansión económica sobre aspectos críticos como la producción sostenible, los derechos humanos y la protección ambiental. Señala la necesidad de incorporar estos elementos esenciales en futuros acuerdos comerciales. Mientras que el aguacate representa prosperidad para algunos, para otros es fuente de desesperación y miedo.

La solución propuesta no implica abandonar la industria, sino transformarla hacia prácticas más justas y sostenibles. Se hace imperativo adoptar un enfoque integral que considere los derechos humanos, la protección ambiental y la lucha contra el crimen organizado como pilares de la política agroindustrial y de comercio exterior. Hasta la fecha, los gobiernos federales y estatales de México no han logrado erradicar la influencia del crimen organizado en esta industria, y en algunos casos, parecen haberse coludido con los delincuentes.

La industria del aguacate mexicano se encuentra en un punto de inflexión crítico. Es momento de que las futuras lideresas del país definan su postura: permitir que la industria continúe su trayectoria marcada por la violencia y explotación, o redirigirla hacia un camino donde el desarrollo económico y la sostenibilidad puedan coexistir en armonía. La decisión tomada no solo determinará el futuro de Michoacán, sino también el rostro que México desea proyectar al mundo.

Fuente: eleconomista.com.mx / insightcrime.org

Fecha de publicación: