La producción de arándanos en Asturias, que comenzó a destacar hace unos 15 años gracias a las condiciones favorables y la demanda global creciente, enfrenta ahora nuevos retos. La aparición de variedades y métodos de cultivo más avanzados ha permitido la expansión de este cultivo a nuevas regiones, intensificando la competencia. El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario del Principado de Asturias (Serida) ha publicado un informe, elaborado por Juan Carlos García Rubio, Guillermo García González de Lena y Marta Ciordia, que sugiere estrategias para mejorar la competitividad del sector arandanero asturiano, como el adelanto de la temporada de cosecha a los meses de verano.
El informe identifica cuatro áreas clave: reevaluación de las fechas de cosecha, renovación varietal, gestión de riesgos climáticos y mejora de la calidad del fruto, y reducción del periodo improductivo mientras se maximiza la productividad. Tradicionalmente, Asturias se enfocaba en variedades tardías, pero enfrenta la competencia de países como Perú, Argentina, Sudáfrica o México, que ofrecen fruta de mayor calidad en las mismas fechas. Sin embargo, entre junio y julio, la oferta de arándanos es limitada, lo que representa una oportunidad para Asturias de obtener mejores precios y reducir costos, especialmente en términos de protección contra la lluvia y la plaga Drosophila suzukii.
Por otra parte, la producción de arándanos en el hemisferio norte en los mismos meses no es elevada, ya que en Marruecos y Huelva suele finalizar en junio. Desde esta fecha hasta finales de julio este nicho de mercado está mucho menos cubierto, ya que las principales producciones proceden del centro-norte de Portugal, norte de España, Croacia, Serbia, Rumanía y Georgia principalmente, este último enfocado mayoritariamente al mercado ruso». Aun siendo muchos países, su producción representa menos oferta que la de los países más al norte, como Polonia, Ucrania, Alemania u Holanda, que centran su cosecha desde mitad de julio a septiembre.
Por otro lado, la adaptación varietal es fundamental, dado que muchas variedades locales presentan retos en términos de producción y calidad. El Serida resalta el potencial de las especies Highbush del Norte, mejor adaptadas al cultivo al aire libre, y Highbush del Sur, de mayor calidad pero más adecuadas para cultivo protegido. Además, la climatología de Asturias, con su alta humedad y lluvias frecuentes, plantea retos significativos para la calidad del fruto y la logística del cultivo, agravados por la presencia de la plaga D. suzukii desde mediados de verano. La recomendación del Serida incluye la cobertura de cultivos con estructuras ligeras durante la cosecha para mitigar estos riesgos.
Finalmente, el informe subraya la importancia de optimizar las técnicas agronómicas para acelerar la entrada en producción y aumentar la productividad, incluyendo una preparación del suelo meticulosa y el uso de plantas de alta calidad. La técnica de cultivo en sustrato en contenedor, aunque más costosa inicialmente, se presenta como una opción viable para mejorar la rentabilidad.
Fuente: lavozdeasturias.es