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Carles Peris, de La Unió Llauradora i Ramadera:

“La promoción es necesaria: no competimos solo con otros países, sino con los demás productos que están en los lineales”

A finales de marzo los precios de las diferentes variedades de naranjas y mandarinas aún en campaña registran de nuevo un descenso significativo respecto a la campaña pasada. La semana pasada destacaba la caída de los precios de la Valencia Late y V. Delta, que han descendido un 48% en solo un año en la Comunidad Valenciana, pese a que la variedad solo comenzó a cotizar en Lonja a principios de este mes que aún no ha acabado.

"Hay 3 factores principales detrás de esta tendencia de precios", explica Carles Peris, de La Unió Llauradora. "Uno, que por desgracia ya sabemos, es la presión que hay por parte de las importaciones de terceros países, y a él se une la bajada del consumo y la demanda. Hay que recordar que llevamos ya 10 años continuos en los que el consumo de cítricos está descendiendo en Europa".

"En esta campaña en la que teníamos aforos más ajustados, pese a este contexto de menor consumo, preveíamos una campaña estable sin demasiados problemas. Y ha sido así hasta el 10 de enero, aproximadamente, cuando se desplomaron los precios tanto de las naranjas como de los pequeños cítricos, porque la presión de los bajos precios de las importaciones ha sido un gran factor desestabilizador; y ha desestabilizado no solo los precios del producto fresco, sino los de otra de las salidas más importantes de nuestra fruta –que es el tercer gran factor–: la industria de la transformación".

"En el arranque de la campaña hemos tenido precios muy dignos en industria por encima de los costes efectivos de producción. Para las naranjas en Andalucía se superaron los 40 céntimos por kilo y en la Comunidad Valenciana se pagaron hasta 35 céntimos, con valores nunca vistos, y de un día para otro el aumento del flujo de importaciones baratas hizo que cayeran".

"En enero ya hubo un aumento del 120% de las importaciones de nuestro gran competidor en este momento de la campaña, Egipto, y también otro en febrero; y seguirá habiéndolos hasta abril, porque los contratos de lo que se va a importar están firmados por esos cuatro meses desde hace tiempo, desde cuando se intuía que íbamos a tener una producción baja y podría faltar fruta".

"Si los supermercados tienen una oferta con precios bajos, también te los exigen a ti"
En relación con el consumo, el contexto inflacionario parece no haber ayudado en esta segunda parte de la campaña en la que se concentra la cosecha de las variedades de mandarinas club, cuyo precio es, de manera general más alto, tanto en campo como para el consumidor final. "Al disminuir la demanda por el propio descenso en el consumo a nivel europeo, los precios en origen también han sufrido un ajuste. Aparte, los volúmenes de mandarinas de Turquía o Marruecos que han entrado al mercado, aunque no han sido grandes como para justificar esa caída en las cotizaciones, han entrado más baratos haciendo que los clientes hayan presionado a la baja a la fruta española. Los supermercados no son tontos, y si tienen una oferta con precios bajos, también te los exigen a ti".

"Egipto tiene plantados casi 24 millones de naranjos, de los que solo cerca de 14 millones están en producción"
La campaña aún tiene meses de trabajo por delante, pero, como indica Carles Peris, el análisis de lo que está ocurriendo será imprescindible. "No estamos siendo capaces de aumentar el consumo de cítricos en Europa, y aunque produzcamos menos, es difícil que cuando entra fruta de fuera no se desestabilice el sector".

Como ya indicaba La Unió hace unas semanas, "el problema ya no es únicamente ahora, sino a futuro", ya que Egipto, que está siendo el gran proveedor en paralelo a la campaña española en Europa, "tiene plantados casi 24 millones de naranjos, de los que cerca de 14 millones de árboles ya han entrado en producción, pero el resto todavía no lo ha hecho".

"Hay que tener en cuenta", continúa Carles, "que el 96% de los cítricos que producimos va a Europa –incluyendo nuestro mercado nacional–, es decir, tenemos una monodependencia total; mientras, Egipto puede colocar sus cítricos en destinos más baratos que los nuestros a la salida de almacén, y en los próximos años aumentará sus volúmenes para exportación".

"Si no hacemos una promoción continua y conseguimos que aumente el consumo de cítricos vamos mal, pero, desafortunadamente, contamos con una interprofesional muerta desde hace años que no está haciendo esa labor de promoción que necesitamos".

"Somos sinónimo de calidad, de proximidad, de seguridad alimentaria y de servicio; tenemos muchísimas ventajas, pero hay que recordar que no competimos solo con otros países, sino con los demás productos frescos que están en los lineales".

Para más información:
Carles Peris
La Unió
Carrer del Marquès de Dos Aigües, 3-1 València
Tel.: +34 963 530 036
launio@launio.org
https://launio.org