El reciente colapso del puente Francis Scott Key, que conecta Baltimore con Dundalk, ha generado una disrupción significativa en el transporte marítimo en la costa este de Estados Unidos. Este incidente ha provocado el bloqueo del puerto de Baltimore, un punto clave para el comercio internacional de contenedores.
Según Drewry, el principal puerto de ingreso en la mitad norte de la costa este de EE. UU. es Nueva York/Nueva Jersey, seguido por las terminales de Hampton Roads y Baltimore. El puerto de Baltimore, que manejó 1,1 millones de TEU en 2023, ha experimentado una disminución en los volúmenes de contenedores y un aumento en su capacidad, especialmente en la terminal marítima Seagirt. A pesar de estos desafíos, los tiempos de espera en los puertos de Baltimore y Nueva York han disminuido recientemente.
Con la obstrucción causada por el derrumbe del puente, las exportaciones en contenedores desde Baltimore deberán ser desviadas a puertos alternativos de la región o esperar la reapertura de la vía fluvial. Drewry anticipa que esta situación podría generar congestión en los puertos de Nueva York/Nueva Jersey, Filadelfia y Hampton Roads, aumentando las tarifas de transporte y desviando buques a otros destinos.
El analista jefe de Freightos, Judah Levine, señala que, aunque el transporte marítimo se encuentra en su temporada baja, la preocupación por posibles paros laborales en los puertos de la costa este podría adelantar los volúmenes de la temporada alta. A pesar de esto, se espera que los puertos de la costa este puedan manejar estos volúmenes sin mayores contratiempos. Sin embargo, cualquier congestión podría ejercer presión al alza en las tarifas de fletes spot en la ruta Asia - costa este de EE. UU. y en las rutas del Transatlántico, aunque las tarifas ya han experimentado una disminución desde su máximo en febrero.
Este incidente subraya la importancia de la infraestructura portuaria y los desafíos que enfrenta el transporte marítimo internacional ante eventos inesperados. A medida que el sector se ajusta a esta nueva realidad, la flexibilidad y la capacidad de adaptación serán clave para minimizar el impacto en las cadenas de suministro.
Fuente: mundomaritimo.cl