En Grecia, la campaña de la fresa ha sido más positiva que la del año anterior, afirma Alexandros Polydoropoulos, agrónomo de la empresa griega Labidino SA, dedicada a la exportación de fresa. "La evolución de la campaña griega de fresas es bastante satisfactoria. La demanda es mayor que el año pasado y todo el sector nacional de este fruto se está desarrollando. La calidad también es claramente mejor que la de 2022-23 y estamos contentos de que las quejas de nuestros clientes sean realmente limitadas. Así, estos dos factores nos han ayudado a lograr buenos precios en la primera parte de la campaña. Ahora la demanda es altísima, todos buscan fresas griegas. Sin embargo, la oferta no es suficiente para cubrir las necesidades del mercado. Por lo demás, parece que las fresas griegas tienen una buena cuota de mercado en los países europeos y ya se han ganado el aprecio de los consumidores".
A pesar de un incremento de la superficie, los volúmenes generales de fresa son más bajos este año, explica Polydoropoulos. "Según parece, los volúmenes han disminuido, están aproximadamente un 15% más bajos con respecto a las cantidades del año pasado. El factor que más contribuye a este hecho es la menor productividad de las plantas. Además, el mal asentamiento al inicio de la campaña y el invierno suave y seco que vino después no ayudaron a las plantas a alcanzar las condiciones de productividad que normalmente cabría esperar. Seguramente, este descenso no sea demasiado perceptible en el mercado, puesto que la superficie de fresa ha aumentado hasta un 10-15% en comparación con el año pasado".
Según Polydoropoulos, el principal problema ha sido conseguir mano de obra para trabajar en los campos de fresas. "El sector tiene que hacer frente a tres dificilísimos retos en este momento: la falta de mano de obra, la calidad del material de propagación y, por supuesto, el cambio climático. En cuanto a la mano de obra, tratamos de acudir a trabajadores del extranjero, de países como Egipto, India o Nepal, entre otros, ya que el trabajo en los campos de fresas no resulta atractivo para la población nativa de Grecia. También nos topamos con graves problemas relacionados con la calidad de las plantas jóvenes de los viveros. El arraigo de las plantas ha empeorado a lo largo de los años y la mortalidad de los plantones es más alta en las primeras semanas después del trasplante. Esto es algo con lo que no tuvimos que lidiar en años pasados. Por esa razón, tratamos de elegir variedades resistentes y robustas con alta adaptabilidad a nuestro sistema de cultivo".
"El cambio climático, en particular el aumento de la temperatura media y la reducción de las precipitaciones, afecta directamente los cultivos de fresas. La disponibilidad de agua de superficie y subterránea es limitada y el arraigo de las plantas al inicio de la temporada se ve aún más impedido por las altas temperaturas. Ya hemos instalado sistemas más eficientes en el uso del agua y tratamos de eliminar cualquier mala práctica".
La campaña de la fresa comenzó con precios muy fuertes, pero desde entonces se ha enfriado. Sin embargo, Polydoropoulos espera que se produzca otro aumento antes de que termine la campaña. "Nuestro mercado principal es Europa central y oriental. Actualmente exportamos a Alemania, Austria, Polonia, Serbia y Chipre. Siempre estamos abiertos a alcanzar nuevos mercados y este esfuerzo es continuo. Los precios hasta la primera semana de marzo fueron realmente satisfactorios, hasta un 20-25% más altos en comparación con la última campaña. Después, el precio comenzó a caer con la entrada de más fruta al mercado, y ahora está alrededor de 2,2-2,4 euros/kg. En esta época, por lo general, la producción disminuye, así que nuestra expectativa para los precios es que idealmente aumenten este mes y también esperamos mantener un buen nivel de actividad comercial hasta el final de la campaña".
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Alexandros Polydoropoulos
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