La persistente sequía en gran parte de España está causando serios problemas, no solo en el suministro de agua para uso doméstico y recreativo, sino también en sectores críticos como la agricultura y la ganadería. La falta de lluvias ha tenido un impacto directo en estas actividades, esencialmente en la disponibilidad de pasto para el ganado y el riego necesario para los cultivos, como es el caso de los tomates.
La Sociedad Cooperativas Las Nieves, ubicada en Sevilla, ha plantado este año solo el 50% de su habitual producción de tomates debido a la sequía. "Ante la situación de sequía que atravesamos no hemos querido arriesgarnos y hemos decidido plantar la mitad de los tomates que otros años. En su lugar hemos sembrado calabacines y pepinos que son hortalizas que necesitan menos agua", argumenta el presidente de la cooperativa. A pesar de que actualmente cuentan con reservas de agua suficientes para tres meses, la preocupación surge ante la posibilidad de que no llueva antes de que se agoten estas reservas.
"Hay mucha incertidumbre, porque si no llueve en los próximos meses podríamos perder gran parte de la cosecha porque no va a dar frutos", añade. Tradicionalmente, la cooperativa recogía alrededor de 4 millones de kilos de tomates en su segunda cosecha, pero este año espera, en el mejor de los casos, alcanzar los 2 millones de kilos.
La escasez de producto nacional podría llevar a una subida de precios de los tomates, lo que afectaría directamente al consumidor español. Además, "se tendrá que importar más producto extranjero cuyas condiciones higiénico-sanitarias e inspecciones de calidad no son las mismas".
Fuente: elconfidencialdigital.com