En Badajoz ya están recolectándose las primeras nectarinas de la campaña de 2024, que junto al melocotón y el paraguayo, se estiman unas cosechas con volúmenes normales. Todavía falta poco menos de un mes para que empiece la cosecha de ciruela, la fruta más representativa de Extremadura en volumen y de la que este año se prevé, en general, en torno a un 25% menos respecto a la campaña pasada.
"Estamos recolectando ya nectarinas, aunque en cantidades muy limitadas, aunque la semana que viene podremos contar ya con volúmenes más significativos y ofrecer más continuidad a nuestros clientes", explica José Aurelio García, gerente de la Explum, cooperativa ubicada en Valdecalzada, Badajoz.
"La meteorología ha sido muy cambiante, especialmente en cuanto a las temperaturas se refiere, que con muchos altibajos que hacen difícil de prever las fechas de recolección de las distintas variedades, así como de calibres, etc.", manifiesta el productor y exportador.
"No obstante, todo apunta a que este año, a diferencia de la campaña pasada, la fruta extremeña encontrará un mayor hueco entre las cosechas de Murcia, Lleida y Aragón, ya que están avanzando de forma más escalonada en todas las zonas productoras", añade.
La producción de ciruela podría bajar alrededor de un 25% este año
Todavía falta casi un mes para que arranque la campaña de exportación de ciruela, de la que se prevé una bajada notable de la producción en comparación al año pasado en las principales zonas productoras.
"Prevemos que la campaña arrancará en la primera semana de junio con pocas cantidades y ya con volúmenes más consistentes a partir de la segunda y tercera semana de dicho mes", indica José Aurelio García. "La menor carga de fruta en los árboles hace prever una reducción de la cosecha de en torno al 25% en general, ya que hay variedades como la amarilla Golden Globe, en las que la cosecha caerá entre un 80 y 90% y otras en las que los volúmenes bajarían alrededor de un 15%".
De acuerdo con el gerente de Explum, el descenso de la producción se debe tanto al impacto de la climatología en la floración y cuajes en ciertas variedades como a la todavía tendencia de muchos agricultores a abandonar el cultivo de la ciruela por otros más rentables y mecanizados como el olivar, el cereal, frutos de cáscara o el tomate de industria.
"Este año, aunque en menor medida respecto a campañas pasadas, han vuelto a arrancarse plantaciones de ciruelo, que presenta más riesgos e imprevistos respecto otros cultivos mecanizados y que requieren de mucha menos mano de obra, teniendo en cuenta que su mercado es mucho más reducido en comparación al resto de productos de la categoría de fruta de hueso o de otros frutos en general", señala José Aurelio García.
"De hecho, ya en la campaña de ciruela de 2023 hubo menos fluctuaciones de precio. La reducción de la superficie, especialmente de variedades menos interesantes, está notándose en el mercado de la ciruela con una oferta y demanda más equilibrada", sostiene el gerente de Explum. "Esperamos que la menor cosecha este año se traduzca también en buenos precios, un mayor aprovechamiento y una buena rotación en las cámaras".
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José Aurelio García
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