No son muchos los productos que llegan de Estados Unidos al continente europeo. Sin embargo, las batatas son una excepción. Entre 2007 y 2017, las exportaciones estadounidenses de estos tubérculos crecieron a un ritmo vertiginoso, de 45 millones de kilos a la asombrosa cifra de más de 181 millones de kilos anuales. La mayor parte se dirigió a Europa y la gran demanda de ultramar hizo que los agricultores estadounidenses siguieran aumentando su superficie. Como resultado, la producción pasó de 590 millones de kilos a principios de este siglo a 1.400 millones de kilos en 2015. El sector estadounidense de la batata estaba en auge.
Sin embargo, la situación dio un giro en 2018 y las exportaciones empezaron a disminuir. El descenso inicial de las exportaciones fue provocado por el huracán Florence, que causó importantes daños a la cosecha de batata de Carolina del Norte en el otoño de 2018. Carolina del Norte es el mayor estado productor de batata del país y el impacto en los rendimientos y niveles de producción fue significativo. Los bajos niveles de producción hicieron que los precios de exportación aumentaran, y obligó a los grandes países importadores europeos, como el Reino Unido y los Países Bajos, a reemplazar las importaciones estadounidenses con importaciones más baratas de países con costes de producción más bajos, como Egipto. Este fue el comienzo de la pérdida de cuota de mercado de Estados Unidos en favor de otros países exportadores. Las exportaciones estadounidenses siguieron disminuyendo a medida que más y más países europeos se lanzaban a cultivar sus propias batatas. Lo que tampoco ayudó al mercado de exportación fue la fortaleza del dólar estadounidense y las elevadas tarifas de los fletes marítimos. Además, la UE impuso un arancel temporal del 25% a las batatas estadounidenses desde noviembre de 2020 hasta marzo de 2021. Con todos esos vientos en contra, los productores estadounidenses redujeron la superficie de cultivo y, con ello, disminuyeron todavía más los niveles de producción totales.
Cómo se diferencian las batatas estadounidenses
Sin embargo, unos seis años después de los primeros signos de caída de las exportaciones de batata de EE. UU., parece que no es tan fácil cultivar una batata de alta calidad en Europa. La disponibilidad de agua y las dudas a la hora de invertir en tecnología de conservación limitan el crecimiento en Portugal. Los niveles de producción de España parecen relativamente estables, y otros países, como Francia, cultivan para un nicho de mercado. Fuera de Europa, Egipto no tiene capacidad de almacenamiento para suministrar batatas todo el año. ¿Ofrece todo esto nuevas oportunidades para EE. UU.?
"Hemos sido capaces de mantener nuestros niveles de exportación en los últimos años y creo firmemente que es gracias a la calidad de nuestro producto", asegura Jacy Barnes Clapp, de Farm Pak, radicada en Carolina del Norte. "Hemos estado educando a nuestros socios distribuidores en Europa sobre la superioridad en calidad, sabor y vida útil de nuestras batatas. Son factores diferenciadores claves que hacen que los clientes repitan la compra con nosotros". Barnes Clapp añade que las sólidas relaciones con sus clientes también han contribuido a mantener los niveles de exportación. Otra ventaja para Carolina del Norte es la relativa proximidad al continente europeo. "El envío desde la costa este de EE. UU. a Europa es muy fiable, algo que nuestros clientes valoran".
Variedad morada
Alrededor del 40% de la producción total de Farm Pak se exporta, y entre los principales destinos se encuentran el Reino Unido, los Países Bajos, Alemania y España. Las exportaciones a estos mercados se han mantenido estables y, de hecho, parece haber un renovado interés por las batatas estadounidenses debido a la disponibilidad de una nueva variedad morada. "A Carolina del Norte se la ha conocido por la variedad de carne naranja Covington", comenta Barnes Clapp. "Es la variedad de batata más buscada". Sin embargo, las batatas moradas están ganando popularidad. "Hemos probado algunas variedades moradas antes, pero la Universidad Estatal de Carolina del Norte desarrolló una nueva variedad morada con un mejor perfil de sabor". Se llama Purple Splendor y se cosechó comercialmente por primera vez en 2023. La universidad ha trabajado en el desarrollo de esta variedad durante 15 años y, como está patentada, los agricultores pueden comprar una licencia que les permita cultivarla.
Derecha: Purple Splendor. Fotos cedidas por la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Zonas azules
Purple Splendor ha recibido mucha atención este año, en parte debido al documental de Netflix "Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules". En unas pocas comunidades de todo el mundo, la población vive una larga y saludable vida, hasta los 100 años o más. Los habitantes de estas zonas azules tienen en común un entorno y un estilo de vida que, según los científicos, contribuyen a su longevidad. Las batatas moradas se consideran un alimento básico para la longevidad de los habitantes de la zona azul de Okinawa. En esta isla japonesa, el 70% de la dieta de la población se compone de batatas moradas. Aunque Purple Splendor es una variedad diferente de la que se consume en Japón, los beneficios para la salud son los mismos y su perfil de sabor es aún mejor.
El éxito del documental de Netflix, así como el hecho de que cada vez se conocen más las zonas azules, se ha traducido en mucho interés por Purple Splendor, tanto en EE. UU. como en el mercado europeo. "Exportamos la variedad por primera vez esta temporada y recibimos mucho interés del Reino Unido en particular". Barfoots of Botley y Marks & Spencer promocionaron mucho la Purple Splendor, afirmando con orgullo que eran los únicos retailers de las principales calles comerciales del Reino Unido en ofrecerla.
Coste de la mano de obra
Aunque se trata de un avance muy prometedor, el sector estadounidense de la batata aún no está fuera de peligro. Una de las mayores preocupaciones es el coste de la mano de obra. "En Carolina del Norte, los costes laborales se han duplicado en los últimos cinco años y el salario mínimo de los trabajadores extranjeros (H-2A) es de 15,81 $/hora en 2024. Sin embargo, una vez que se tienen en cuenta todos los demás honorarios y gastos, el salario supera ampliamente los 20 dólares por hora", explica Barnes Clapp. Los costes laborales pesan mucho en el sector de la batata, ya que en Carolina del Norte la cosecha sigue siendo totalmente manual. "Nuestras prácticas de producción no permiten la cosecha mecánica, ya que podría dañar la piel del producto". No obstante, Barnes Clapp confía en que algún día las batatas puedan cosecharse mecánicamente. "Sería estupendo tener lo mejor de ambos mundos". Los elevados costes laborales están teniendo unos efectos devastadores. Han obligado a algunos productores a cambiar de cultivo y otros han abandonado el negocio. El sector no ha visto aumentar el precio de la batata en la misma medida que los costes de producción.
Para más información:
Jacy Barnes Clapp
Farm Pak
Tel.: (+1) 252-459-3101
[email protected]
www.farmpak.com