La estimación de cosecha de limón de AILIMPO para la campaña 2023/2024, hecha el pasado mes de septiembre, preveía una producción en España un 34% superior a la campaña 2022/2023 (ciertamente la más baja de los últimos 10 años), repartida en un alza del 30% en la campaña de limón Fino y de un 45% en Verna.
No obstante, pese a este anuncio que se hizo al mercado, en lo que va de campaña (septiembre 2023-abril 2024) las importaciones de limón de terceros países en la UE-27 han experimentado un aumento del 23,3% (+32.750 t) respecto a la campaña anterior y un 12,4% (+19.100 t) en relación con la media del periodo, elevándose a 173.493 toneladas.
Tomando los datos de 2024, entre enero y abril esos porcentajes son aún superiores, coincidiendo de lleno con la campaña española, ya que con 60.705 toneladas de limones importadas, las adquisiciones de limones extracomunitarios han sido un 26,8% mayores (+12.840 t) a las del año pasado y un 52,3% (+20.850 t) mayores a la media de los últimos 5 años.
Pero, haciendo foco en lo que ocurrió en abril, los datos avanzados por el Boletín de seguimiento reforzado de las importaciones de cítricos en la UE compartidos mensualmente por el MAPA, revelan que mientras en los campos alicantinos, murcianos o malagueños se abandonaban miles de toneladas de limón que no tenía salida comercial –con precios en árbol que en la semana 11 ya bajaban de los 10 céntimos por kilo de media en la Comunidad Valenciana–, las adquisiciones de limón de terceros países, con Turquía a la cabeza, registraron un alza del 77,22% respecto al mes de abril de 2023, y del 150% respecto a la media de los últimos 5 años.
Fuente MAPA. Haz clic en la imagen para ampliar.
"De estos datos se pueden extraer diferentes conclusiones, pero la más importante es que desmontan completamente la teoría de que en España sobra limón", señala José Vicente Andreu, productor de limón y presidente de ASAJA Alicante. "Se nos trata de vender desde la propia interprofesional, e incluso de forma subliminal desde el Gobierno, que en España hay una sobreproducción de limón por un exceso en el número de hectáreas plantadas, y que se está produciendo una cantidad de limón excesiva que no tiene cabida en el mercado, por lo que debemos arrancar los campos".
"Esto tendría sentido si no se incrementasen las importaciones de limón de países terceros, pero vemos que siguen creciendo y que en esos países, como Turquía o Sudáfrica, se ha plantado tanto o más limón que en España, por lo que si nosotros reducimos nuestra producción, ellos seguirán tomando una cuota de mercado cada vez mayor".
"Es inasumible que habiéndose dejado en los campos 400.000 toneladas de limón de calidad que cumplen plenamente con el reglamento fitosanitario, se hayan incrementado las importaciones, sobre todo de Turquía, de limones de dudosa calidad y de dudoso cumplimiento de los requisitos legislativos en materia sanitaria de la UE, como demuestran las muchas detecciones que se notifican mensualmente en la RASFF".
"En cuanto a la sobreproducción de este año, ha habido una mayor cosecha porque las condiciones climáticas en la primavera de 2023 fueron extremadamente favorables para el cuaje de la fruta; por lo que antes de pedir una disminución en la producción española, que lo único que haría es ahondar más en la crisis de la citricultura, se debería pedir la regularización de las importaciones para evitar que sigan entrando limones que no cumplan la legislación de la UE, y dar preferencia a la producción europea en situaciones de crisis como la de este año. De hecho, si se hubiesen vendido 80.000 toneladas de limón más, la mitad de las que se han importado esta campaña de terceros países, no se habría llegado a este punto".
"Es importante ver que las exportaciones españolas de limón se han mantenido estables y que si hemos llegado a ser líderes en limón es porque hemos estado haciendo las cosas muy bien. No hay que desandar lo andado, sino que tenemos que seguir adelante, pero estando muy vigilantes sobre todo de Turquía y de Egipto, dos países que coinciden con nosotros pero con unos costes infinitamente menores y con una legislación que nada tiene que ver con la nuestra".
"Los supermercados pueden comprar sus productos de donde quieran, pero no pararemos de exigir que todo el producto que entre en la UE debe cumplir con las mismas normas fitosanitarias y de sostenibilidad que se nos exigen a nosotros desde el Parlamento Europeo. No podemos ser hipócritas ni bipolares, porque esta falta de homogeneidad va a arruinar a los productores europeos; y lo siguiente de perder la soberanía alimentaria al depender de otros países, es perder la libertad".
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José Vicente
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