A medida que se van conociendo los estragos causados por las lluvias torrenciales y las inundaciones en el sur de Brasil, las primeras estimaciones indican que los citricultores de la provincia de Rio Grande do Sul han sufrido daños por valor de más de 1.000 millones de dólares. Lamentablemente, también se ha sabido que algunos pequeños productores de cítricos y sus trabajadores han muerto a causa de los corrimientos de tierra.
"Se calcula que las pérdidas alcanzarán el 70% para las variedades de mandarinas Caí y Ponkan", detalla el Ing. Paulo Lipp, de la Cámara Sectorial de Citricultura de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Producción Sostenible y Riego (Seapi).
Labores de rescate en Rio Grande do Sul - Foto procedente del Ministerio de Defensa de Brasil.
Según Lipp, los primeros sondeos muestran graves daños en miles de pequeñas explotaciones agrícolas en el municipio de Montenegro y en toda la provincia más afectada, la de Rio Grande do Sul. "Un primer sondeo identificó 7.854 propiedades afectadas por las inundaciones en todo el estado de Rio Grande do Sul en 58 municipios, la mayoría de ellos clasificados como pequeños productores. En la región citrícola, cerca de mil citricultores se vieron afectados con grandes pérdidas debido a las inundaciones o a la caída de frutas –principalmente mandarinas, que estaban listas para la cosecha– a raíz de tres semanas consecutivas de lluvia. Además, en la región de Serra, donde se concentra la viticultura, cientos de propiedades se vieron afectadas por corrimientos de tierras".
Lipp explica que los agricultores y los trabajadores agrícolas también se han visto desplazados debido a las inundaciones. "Algunos productores rurales tuvieron que abandonar sus propiedades debido a los deslizamientos de tierra en la región montañosa, donde se concentra la producción de uvas, jugos y vinos. Se registraron grandes pérdidas de cítricos debido a las inundaciones en las parcelas de Vale do Caí y también en otras regiones del estado de Rio Grande do Sul. Las excesivas inundaciones y riadas entre el 28 de abril y el 12 de mayo se produjeron en un momento en el que el 80% de los frutos estaban listos para la cosecha. Cientos de hectáreas de plantaciones vieron caer la fruta al suelo, lo que provocó una pérdida total de la fruta, así como la pérdida de tractores y equipos que fueron arrastrados por el río Cai", precisa Lipp.
Según él, el futuro inmediato de estos pequeños productores de cítricos es incierto, ya que les resultará difícil recuperarse. Muchos de ellos siguen esperando a que sus zonas sean declaradas seguras tras los corrimientos de tierra para volver a sus tierras. "Para muchos será un trabajo duro intentar reconstruir viñedos y huertos. Algunos se están refugiando en casas de vecinos y dicen que solo volverán tras los informes de los geólogos para asegurarse de que no se produzcan nuevos desprendimientos".
Todos los niveles del Gobierno brasileño, así como los bancos, han ofrecido ayuda y apoyo. "Los gobiernos a nivel municipal, estatal y federal están ofreciendo ayuda y están llegando donaciones de alimentos y suministros de todas partes de Brasil. También están ofreciendo renegociar la financiación", concluye Lipp.
Para más información:
Ing. Paulo Lipp
Cámara Sectorial de Citricultura, Secretaría de Agricultura de Rio Grande do Sul
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