A finales de mayo, Huelva termina su cosecha de fresa, pero la producción española no cesa, sino que se traslada a las tierras de Castilla y León, de las que provienen los plantones que cada año hacen posible la campaña en Andalucía.
"En el que es el valle cultivable más frío de España, el Valle de Amblés, a unos 14 km de Ávila, estamos empezando a recolectar fresas ahora, unas dos semanas después en comparación con el año pasado", explica Carmelo González, de Viveros Gardisancho, multiplicador de frutos rojos desde 2007. "Justo cuando en Huelva acaban, empezamos nosotros, y terminamos a mediados/últimos de noviembre, cuando vuelven a empezar en el sur".
"En nuestro vivero producimos diferentes variedades, que son las que nos piden desde Huelva; el año pasado estuvimos cultivando plantas de 24 variedades que, aunque son muchas, son menos que otros años porque vemos que cada año se van descartando más. No obstante, para lo que es la producción de fresas, nos hemos decantado por dos que dan muy buenos resultados: Rika, de Fresas Nuevos Materiales, y Plared 15105, de Planasa".
"Ambas producen una fruta muy buena, con un equilibrio justo entre acidez y dulzura, y un gran aroma. Rika en concreto es espectacular, pero da una fruta más pequeña, por lo que en Huelva se descartó; no obstante, aquí en Ávila, al producir fresas asociadas a zonas frías en las que la fruta no es tan grande en calibre, funciona muy bien".
Las fresas de Castilla y León llegan al mercado en plena eclosión de las campañas de fruta de verano, "pero, aunque hay que pelear con muchos otros productos y países, tenemos nuestro nicho y, además de hacer mercado nacional, hacemos bastante exportación a Francia", comparte Carmelo.
"Estamos buscando herramientas y técnicas nuevas para hacer frente a la falta de productos para la desinfección de los suelos"
Si bien la producción de fresa y fresón es moderada –rozando las 3.000 toneladas en 2022–, Castilla y León destaca por ser la primera comunidad autónoma de España en producción de planta madre de fresa, que comercializa en la Unión Europea, el arco Mediterráneo e incluso en ultramar. Aunque una importante parte de la producción tiene como destino las más de 6.000 hectáreas que se plantan anualmente en Andalucía.
En España, productores tanto de planta madre como de fresa están adaptando el cultivo a la limitación de las materias activas autorizadas para la necesaria desinfección de los suelos.
"La planta de Ávila siempre ha salido con mucho vigor en Huelva, pero en estos momentos las desinfecciones tanto allí como aquí no son las mejores. Por ese motivo estamos buscando herramientas y técnicas nuevas para hacer frente a la falta de productos; y una de ellas, que nos ha ayudado mucho para evitar la propagación de enfermedades, es el uso de riego por goteo en vez del riego por aspersión", señala.
"Con todo, estamos haciendo una planta muy buena; el problema que veo en estos años en los que ha hecho mucho calor y ha faltado agua es que, en general, las plantas madre se arrancan un poco pronto. Muchas veces los productores de planta aconsejamos esperar un poco para evitar problemas por las temperaturas elevadas en el sur, pero cada campaña en Huelva hay mucha expectación por empezar lo más temprano posible".
Para más información:
Gardisancho, S.L.
C/ Reguerillo, 1
5191 Niharra, Ávila