En algo más de un mes, a mediados de julio, saldrán las primeras producciones de mangos de invernadero en Andalucía y, de hecho, de toda Europa. "En nuestro caso, en Finca El Edén cultivamos mango Irwin ecológico en nuestros invernaderos de Motril", explica Eva Cantos. "El Irwin es un mango muy cotizado por su sabor y los de invernaderos aún más al ser los primeros, pero este año la cosecha no será la que esperábamos".
"Afortunadamente, no hemos tenido grandes problemas de agua; sobre todo en Motril y Salobreña no nos falta el agua que baja de Sierra Nevada y que es de muy buena calidad. El mayor impacto ha sido climático", prosigue. "En otoño las temperaturas han sido muy elevadas, confundiendo a los árboles hasta el punto de que hemos visto brotes de flores en los árboles en diciembre, cuando la floración debería producirse en febrero, y esas temperaturas elevadas de día en un contraste drástico con el frío de la noche, han hecho que el cuaje de las flores en el final del invierno no haya sido el mejor".
"Eso ha hecho que haya mucha fruta que, como decimos los agricultores, se ha 'ido a aborto'; es decir, se han quedado como mangos baby o mangos bombón. Son un manjar, un mango muy dulce y con mucho sabor que se puede comer con piel, pero no es todo lo rentable que pueda ser una cosecha de mango con un calibre normal, pese a que el mango Irwin suele ser más pequeño de por sí".
"Fuera del invernadero, en mis mangos Osteen, también se ha notado esta misma situación, e incluso ahora mismo, en pleno junio, hemos visto árboles con nuevos brotes de floración, cuando no es la época. Todo esto nos hace ver que, aunque no queramos, el cambio climático es una realidad que está afectando cada vez más a la naturaleza y a las producciones agrícolas".
"En cambio, hay dos tropicales que no se están viendo afectados por este aumento de las temperaturas, que son la pitahaya y la maracuyá; en concreto la maracuyá es una planta muy fuerte que crece muy bien con calor y muchas horas de sol y que ni siquiera necesita grandes aportes de abono".
"Su temporada empezará sobre el 15-20 de julio y es la que nos va a salvar la campaña", señala Eva. "Por suerte, para nosotros la agricultura no es nuestra única actividad y podemos afrontar campañas con pocos beneficios, pero muchos de los agricultores que viven solamente de sus aguacates o mangos están sufriendo bastante tras varias campañas complicadas, con unos costes que son cada vez más altos".
"Además, el pronóstico es que el aguacate empezará a bajar de precio a medida que aumente la producción en Latinoamérica, Marruecos y otros países de África, y que cada vez se vean menos precios como los más de 3 euros por kilo que se han estado pagando en campo al agricultor".
"Al final, para un pequeño agricultor, unos 2 €/kg es un precio que ya deja de ser rentable si tenemos en cuenta los costes y todas las exigencias y normativas que hay en el cultivo de aguacate, lo que me hace temer que, en un futuro, fincas como la mía, de agricultores pequeños o proyectos familiares, desaparecerán, y solo las empresas que muevan volúmenes grandes de fruta podrán quedarse en este negocio".
"De hecho, ya estamos viendo a macroempresas y fondos de inversión comprando fincas de grandes dimensiones, y si esto sigue así, poco a poco se van a quedar con el campo".
Para más información:
Finca El Edén
Polígono 35 - Parcela 378 – LAHOZ
18600 Motril, Granada (España)
[email protected]
www.fincaeleden.es