Un equipo de investigadores del Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Colima (CUIB-UdeC), liderado por el doctor Javier Francisco Alamilla González, está llevando a cabo un proyecto innovador titulado "Estudio de las propiedades antidepresivas de la capsaicina". Este estudio, respaldado por la convocatoria de "Ciencia básica y de frontera" del CONAHCYT, tiene como objetivo profundizar en el conocimiento de los efectos antidepresivos de la capsaicina, un compuesto presente en los chiles, cuyo potencial terapéutico para el tratamiento de la depresión ha sido reconocido recientemente con una patente.
El proyecto se centra no solo en investigar los efectos conductuales de la capsaicina, sino también en estudiar su impacto a nivel celular y neuronal, utilizando modelos de depresión. Según el doctor Alamilla González, el análisis electrofisiológico y conductual permitirá entender cómo la capsaicina influye en la comunicación entre neuronas y en el comportamiento animal.
Un aspecto clave de la investigación se enfoca en el Potencialización de Largo Plazo (LTP) en el hipocampo, un proceso vinculado al aprendizaje que se ve afectado en modelos de animales con depresión y estrés crónico. Además, el estudio contempla la influencia de la capsaicina en las sinapsis neuronales y la combinación de esta con agonistas del receptor CB1, relacionado con el cannabis, explorando la interacción entre los receptores TRPV1 activados por la capsaicina y CB1.
Este ambicioso estudio involucra a un equipo multidisciplinario, incluyendo colaboradores de la Universidad Autónoma de Yucatán, y apunta a establecer bases para el uso de los receptores CB1 y TRPV1 en el tratamiento de la depresión, potenciando los efectos antidepresivos de la capsaicina.
La investigación sobre la capsaicina y su relación con el manejo de las emociones en el cerebro ha avanzado significativamente desde el descubrimiento de sus receptores hace 27 años. Con publicaciones en prestigiosas revistas científicas y el reciente reconocimiento mediante una patente por el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI), el equipo de Colima continúa explorando el potencial de este compuesto para el tratamiento de la depresión, prometiendo importantes contribuciones a la psicofarmacología.
Fuente: colimanoticias.com