La Piña silvestre (Ananas parguazensis)
Sus hojas, en número de 16 a 20, de 1 a 1,5 metro de largo, por 3 a 5 cm de ancho fuertemente aserradas, con numerosas escamas blancas en la cara inferior de la hoja, con espinas de unos 3 mm de largo. Del centro de la roseta brota un pedúnculo o escapo alto y delgado, ligeramente inclinado que sostiene el fruto o piña.
Sus inflorescencias son subglobosas, de 4 a 10 cm de largo; brácteas foliáceas hasta 30 cm de largo; brácteas floríferas anchamente aovadas.
Su fruto mide menos de 15 cm de largo.
Esta piña se puede propagar vegetativamente mediante brotes, retoños o chupones que nacen en la base de la planta. Otra forma de reproducirse es mediante l a corona o penacho que se desarrolla en la parte superior del fruto; en este último caso conviene dejarlo 2 ó 3 días a la intemperie para que la incisión se cicatrice y no se pudra la nueva planta al ser sembrada. Requiere de climas cálidos y húmedos.
Los frutos o piñas son comestibles, de sabor algo dulce y con muchas semillas.
La planta se puede usar como ornamental y para delimitar propiedades.
En la medicina popular, se usa el cocimiento de los frutos, el cual se toma en ayunas como vermífugo.
Las hojas se usan para sacar cabulla; para esto se cortan las hojas y se amarran en pequeños haces, luego se ponen en agua hasta que las partes no fibrosas se pudran, después se tallan y sale la fibra blanquecina que se utiliza en la fabricación de mecates, hamacas...
Por: Prof. Christian Cazabonne
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