De acuerdo con Arend Zeelenberg, gerente de Frugi Venta y Bionext, esa actitud profesional se ha instalado en el sector año tras año. "Los iniciadores originales, los que introdujeron el concepto en los setenta, sabían mucho sobre el producto, pero nada sobre márquetin. Ese aspecto del negocio se desarrolló con el paso de los años. El conocimiento y la capacidad se han incrementado de forma exponencial. No cabe duda de que los avances tecnológicos han contribuido a ello".
Otro contribuidor al éxito es el sello EKO, la etiqueta que garantiza el origen orgánico del producto. "La etiqueta ya resulta familiar a las personas. Es una buena herramienta de márquetin que ayuda a promocionar los productos orgánicos".
Cada vez más productores dejan la producción normal para cambiarse a la orgánica, y, según Zeelenberg, el mercado no está en absoluto saturado. "Holanda y especialmente el sector minorista neerlandés todavía pueden servirse de proveedores de frutas y verduras orgánicas".